El dolor crónico, aquel que persiste una vez se ha tratado la enfermedad que lo origina, no está bien controlado en Galicia, según denuncian los expertos, quienes apuntan que el problema del tratamiento de este trastorno, que afecta a uno de cada cuatro gallegos, reside en la falta de formación médica y en la escasa implicación de las administraciones sanitarias.

"El tratamiento del dolor es una asignatura pendiente en Galicia, pese a que se trata de una de las comunidades más envejecidas y, paradójicamente, una de las que cuentan con más unidades específicas para este trastorno", explica el doctor Alberto Camba, jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación y de la Unidad de Dolor del Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol y presidente de Sociedad Española del Dolor (SED), quien atribuye ese "déficit asistencial" a dos aspectos fundamentales. "Algunos de esos centros no funcionan como es debido, ya que no atienden consultas todos los días. Además, la mayoría sólo cuentan con un anestesista, cuando el dolor crónico requiere un tratamiento multidisciplinar, en el deben participar más especialistas como neurólogos, fisioterapeutas, traumatólogos, oncólogos, psiquiatras, psicólogos...", indica Camba.

El presidente de la SED también considera "indispensable", para mejorar el tratamiento del dolor, que los profesionales que manejan este trastorno tengan un área de capacitación. "Aunque algunas facultades de Medicina empiezan a hacer másteres y estudios docentes sobre dolor, todavía queda muy lejos el disponer de un buen nivel. Yo no diría que el dolor necesita ser una especialidad, pero sí debería convertirse en un área de capacitación. Ese logro evitaría muchos problemas que se están produciendo en estos momentos, regularía a los profesionales que se dedican a su tratamiento y les daría una cualificación importante", subraya.

Los datos de la encuesta Pain in Europe, realizada por la Federación Europea de Capítulos de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (EFIC), y en la que participaron alrededor de 6.000 pacientes de 16 países europeos, revelan que el dolor crónico afecta al 20% de la población española y es más frecuente entre las mujeres (52%) que entre los hombres (48%). El estudio también refleja que los pacientes que sufren ese trastorno tienen una media de 51 años y que llevan conviviendo con él alrededor de siete. Del trabajo se desprende, además, que el 83% de los enfermos con dolor crónico se tratan en Atención Primaria, el 15% en especializada y sólo el 2% llega a las unidades del dolor. "Los primeros datos podrían extrapolarse a Galicia, aunque en nuestra comunidad el porcentaje de afectados puede llegar, incluso, al 25%, ya que la población gallega es una de las más envejecidas de España", afirma el doctor Camba, quien además subraya que la mayoría de esos pacientes tiene que esperar un promedio de cinco años antes de ser tratados adecuadamente.

Atención Primaria

El presidente de la SED también hace especial hincapié en la formación de los médicos de Atención Primaria, que son quienes pueden detectar el dolor crónico oportunamente y evitar que evolucione, se complique y afecte más a los pacientes. "La colaboración entre los profesionales de Atención Primaria y los especialistas en el tratamiento del dolor es fundamental. De hecho, en comunidades como Andalucía o Extremadura, que cuentan con planes específicos para el tratamiento del dolor, se está empezando a ahondar en este aspecto", apunta el doctor Camba, y añade: "Lo ideal sería que el primer abordaje, el farmacológico, fuese realizado por profesionales de Atención Primaria, y que los pacientes que necesitasen técnicas más complejas fuesen derivados a las unidades del dolor", señala.

Por último, el jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación del Hospital Arquitecto Marcide y de la Unidad del Dolor de Ferrol recuerda el coste económico, y sobre todo social, que genera el dolor crónico. "Crea una gran dependencia física, pero también mental", destaca.