La obesidad infantil es una pandemia reconocida por la Organización Mundial de la Salud. Afecta a todo el mundo, desde personas de bajo nivel socioeconómico y cultural en países desarrollados a los grupos sociales más elevados de naciones en vías de desarrollo. La pediatra y profesora de la Universidade de Santiago de Compostela Rosaura Leis Trabazo asegura que las cifras de prevalencia de esta enfermedad "son alarmantes y en constante aumento": En España, el 15% de la población infantil padece obesidad, y el 32% tiene sobrepeso. Para prevenir estas patologías, los médicos gallegos abogan por cuidar la dieta de los pequeños, huir del sedentarismo y prolongar la etapa de lactancia materna.

La interacción entre factores genéticos y ambientales son la causa de la obesidad, a los que la doctora Leis Trabazo añade "el atractivo de algunos alimentos", la disminución de la actividad física y el hecho de que "por primera vez en la historia bebemos sin sed y comemos sin hambre".

Critica el "uso y abuso de las pantallas" que lleva a los menores que disponen de dinero a comprar cualquier cosa, guiados por una publicidad "no siempre ligada a alimentos saludables", y que fomenta un "ocio individual e inactivo" que impide gastar la energía consumida, "con el correspondiente acúmulo de grasa".

En relación al concepto de la obesidad, la pediatra gallega explica que muchas personas creen que se trata de un incremento de peso, "pero en realidad es un aumento de grasa" que produce sustancias que afectan a todo el organismo, "y de ahí las patologías asociadas" como la diabetes de tipo dos, "que antes no se veía en los niños", el síndrome metabólico, o la alteración del colesterol y de la tensión arterial. Además, la obesidad infantil puede derivar en patologías psicosociales que, en algunos casos, llevan al fracaso escolar, producen problemas con el sueño "e incluso crean tendencias suicidas".

Para prevenir esta enfermedad, la doctora Leis Trabazo considera fundamental "un cambio en los hábitos" del menor y de la familia y, para ello, recomienda disminuir la inactividad -derivada del "uso de móviles, ordenadores y consolas"- y cuidar la dieta, empezando por "retrasar la introducción de la alimentación complementaria" -tras el período de lactancia- en los más pequeños. En este sentido, señala que la leche materna "es el alimento ideal" en los primeros seis meses de vida y asegura que, cuanto más dura este tipo de lactancia, "menor es el riesgo de padecer obesidad" en un futuro a largo o a corto plazo.

En cuanto a la dieta, hace hincapié en que "es todo lo que comemos", y recuerda que la fase de aprendizaje se centra entre los dos y los cinco años de edad, "por lo que es el momento ideal" para la adquisición de hábitos, y la fruta, la verdura y el pescado "deben estar presentes para que los pequeños vean que es bueno comer de todo". Explica que, por la distribución de las papilas, "existe mayor predisposición a que unos sabores gusten más que otros", pero recuerda que hay que educar el paladar de los niños "dándoles a probar los alimentos hasta ocho o nueve veces para que les gusten", sin la necesidad de que se terminen el plato.