-Con la libertad del uso del idioma en las aulas, ¿se conseguirá la competencia lingüística plena en las dos lenguas?

-Creo que sí. El problema es que no existe cobertura legal para obligar a nadie a hablar o escribir en gallego. Esto ya lo advirtió el Consello Consultivo en 2007. La única obligación es hablar o escribir en castellano, que es lo que establece la Constitución. Por lo tanto, puede pedirse una exigencia sobre el castellano, pero sobre el gallego no. Esta es la realidad.

-¿Cumple este decreto con la discriminación positiva hacia la lengua minorizada, una petición repetida en las alegaciones?

-Con todo el cariño para las instituciones que hicieron esa crítica, yo creo que lo que deben hacer es revisar la Lei de Normalización Lingüística e interpretar esa recomendación sobre el uso progresivo del gallego. Cuando se redactó esta ley, en el año 83, el gallego no estaba presente en la escuela. Los redactores aconsejaron un progreso en la presencia curricular de esta lengua. No se indicaba que toda la enseñanza fuese en gallego con las sucesivas normas. Esta interpretación es incorrecta.

-¿No retrocedemos en la presencia de gallego con respecto al decreto anterior?

-No. En el nuevo decreto marcamos un equilibrio del 50%. Marcamos un techo para el gallego, pero también lo hacemos para el castellano. Es algo que la sociedad gallega está pidiendo y consideramos que es la mejor forma de garantizar las competencias y eliminar el debate lingüístico de los centros educativos.

-¿Hay centros que en la actualidad imparten todo en gallego?

-Sí. Existen.

-¿Los directores temen conflictos con los padres y tener más carga de trabajo?

-Parte de ese trabajo también lo tienen que hacer con el actual decreto del 2007, que marca un mínimo de materias pero quedan otras por repartir. No consideramos que sea más trabajo: lo facilitamos con respecto a las bases iniciales, que eran más dispersas.

-¿Confía en la aceptación del nuevo texto?

-Este decreto busca el equilibrio y rebajar la tensión. El conjunto de la sociedad gallega apuesta por este enfoque.