El Laboratorio Nacional de Toxicología confirma la presencia de tranquilizantes en la orina de seis bebés de una guardería viguesa. Fuentes de la Fiscalía explicaron ayer que el centro le comunicó telefónicamente a la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Vigo los resultados de los análisis toxicológicos realizados en Madrid y que detectaron restos de benzodiacepinas en los niños, tal y como reflejaron las pruebas practicadas hace quience días en el Hospital Xeral de Vigo. El positivo fue confirmado en cinco de los casos estudiados, pues la muestra de uno de los menores se vertió durante el envío. Confirmada la sedación de seis alumnos, falta por conocer ahora los análisis de los biberones, los chupetes y la leche incautada en la escuela infantil A Camelia, así como del cabello de los niños.

La magistrada decidió el martes desprecintar el aula de bebés a la que acudían los menores intoxicados y el abogado del centro, Javier Pasqual, confirmó ayer que el lunes abrirá de nuevo después de dos semanas precintada. La guardería vuelve a la normalidad a la espera de que la próxima semana presten declaración su directora y dos cuidadoras que compartieron las dos semanas de trabajo de la hasta ahora única imputada del caso, una ex empleada que estuvo cubriendo una baja médica.

Esta última fue la primera en prestar declaración durante tres horas el pasado jueves y ha trascendido que se le imputan dos delitos: uno contra la salud pública y otro por lesiones dolosas. La juez la dejó en libertad con cargos con la prohibición de trabajar en el cuidado de menores, según pudo saber LA OPINIÓN. En su primera declaración en Comisaría, negó ser la responsable de la sedación de los menores.

Tras ratificar que se le suministraron benzodiacepinas, la prueba clave será el estudio del cabello de los menores intoxicados, para determinar cuándo entraron en contacto con el fármaco y si la ingesta fue de un sólo día o repetida en el tiempo. Fuentes de la Fiscalía explicaron ayer que por ahora no se habían tomado muestras de cabello por su fragilidad en niños tan pequeños y la posibilidad de que proporcionen un falso negativo. De todas formas, se ha pedido a los padres que no les corten el pelo porque en un momento u otro de la instrucción se enviarán muestras a Madrid.

Tras la declaración el martes de las familias de tres menores hospitalizados, ayer acudieron a los juzgados los padres de dos alumnos de la misma clase precintada pero que no presentan restos de fármacos tranquilizantes.

A la salida, explicaron que están satisfechos con el centro y que volverán a llevar a sus hijos cuando se reabran las instalaciones para niños de 0 a 1 años. Quienes no lo harán serán los padres de al menos dos de los bebés hospitalizados, que se reunirán después de Semana Santa para tomar ya la decisión de personarse en la causa por separado o colectivamente y buscar un abogado.

La investigación se centró desde un principio en una cuidadora del aula de bebés de A Camelia. Por ahora es la única imputada y la magistrada que instruye el caso ha solicitado al Sergas su historial médico para esclarecer si recibe algún tipo de tratamiento con benzodiacepinas, presentes en medio centenar de fármacos para tratar depresiones, dolores musculares, insomnio o epilepsia, entre otras patologías.

Fuentes del caso apuntan a que el expediente reveló que la ex empleada recibe tratamiento por problemas de nervios, si bien no ha trascendido la coincidencia o no de la medicación en ambos casos.