El área sanitaria de A Coruña necesita duplicar el número de camas destinadas a pacientes crónicos ya que la demanda se ha visto agravada por la cantidad de personas dependientes que carecen de recursos para ser atendidas en su domicilio y no pueden acudir a residencias por falta de plazas, según afirmó ayer el jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital de A Coruña, Juan Sanmartín, durante la presentación del octavo Congreso de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos. "La ciudad cuenta -en el Hospital Marítimo de Oza- con un total de 30 camas destinadas a estos pacientes, una cifra que debería duplicarse para así poder segmentar la atención a enfermos crónicos, agudos y convalecientes", sostuvo.

A pesar de que en los últimos cinco años Galicia ha pasado de tener tres unidades de cuidados paliativos a siete, no cumple la ratio fijada por la Unión Europea, que establece entre 80 y 100 camas por cada millón de habitantes. Sanmartín señaló que en la comunidad gallega hay un total de 124 camas destinadas a pacientes que reciben estos cuidados y que, teniendo en cuenta que la población es de dos millones y medio de habitantes, "el servicio necesita duplicarse".

De las 80 camas que hay en el servicio de continuos de Oza, el doctor explicó que 30 están destinadas a cuidados paliativos y que el resto se divide entre pacientes convalecientes y de geriatría, "con un alto nivel de dependencia que deriva en una necesidad de media o larga estancia". En este sentido, Sanmartín recordó que el número de personas dependientes "cada vez es mayor" y que, dada la escasez de recursos de algunas familias, "estos pacientes necesitan ser atendidos en un hospital que no siempre tiene camas disponibles para ellos".

Además, añadió, "si hubiese más sitio podríamos atender a los ciudadanos -en los casos de enfermos terminales- antes, y no la emergencia de los últimos siete días de vida". "Este servicio -continuó- debe tener el mismo tratamiento en recursos y apoyos que cualquier otro del área curativa" del Hospital de A Coruña. Un centro, señaló Sanmartín, que es muy reconocido en varias áreas terapéuticas, "pero también debería serlo por la atención que se les brinda a los pacientes con enfermedades avanzadas". Por definición, explicó el doctor, el trabajo de los facultativos de la unidad de paliativos se basa en "la valoración y la pertinencia de los cuidados a adoptar". Se trata ,en conclusión, de sopesar qué beneficios reporta al paciente cualquiera de las acciones terapéuticas que se llevan a cabo. Sin embargo, reconoció, "existe mucha variabilidad en la práctica médica porque no todos los equipos tomamos las mismas decisiones". Por ello, destacó la necesidad de crear "guías clínicas y protocolos" que eviten la existencia de diferentes elecciones dependiendo de quién las tome.

La eutanasia a debate

Preguntado por si considera que debe darse el paso a nivel legislativo para aprobar el derecho a la eutanasia, el jefe del Servicio de Cuidados Paliativos explicó que "suele ser un tema que los médicos responden a nivel personal" y que, en su opinión, "los ciudadanos están preparados y tienen la madurez suficiente para que se abra el debate". El problema, insistió, y "el motivo por el que aún no se ha hecho", es que existen sectores que tienen "una gran influencia sobre la sociedad a los que les crisparía enormemente tener que debatirlo".

En este punto, Juan Sanmartín reiteró que los servicios paliativos "no sólo tratan al paciente en sus últimos siete días de vida" y subrayó que su labor incluye también a enfermos crónicos en estado convaleciente.