Eduardo Méndez, que ayer estaba trabajando en Teruel, retomará la coordinación de las excavaciones del yacimiento de Arbo (Pontevedra), el más antiguo datado en Galicia hasta la fecha, según el arqueólogo y director de la sección de Prehistoria y Arqueología del Instituto de Estudios Miñoranos de Gondomar, que calcula que tiene una antigüedad de 250.000 años y contemporáneo por tanto al de Gran Dolina, en Atapuerca. El yacimiento arbense presenta la particularidad de que el material hallado se encuentra en su situación original, lo que permitirá a los expertos extraer información inédita sobre este periodo en Galicia. En esta excavación cuenta con la colaboración técnica de la Universidad de Vigo y el asesoramiento científico del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (Cenieh) de Burgos.

-¿Cuál es la importancia de este yacimiento?

-De momento, sólo hemos hecho un tanteo, pero según lo hallado hasta la fecha, podemos afirmar que a día de hoy, se trata del yacimiento del Paleolítico inferior más importante de Galicia que se conozca. El resto se puede contar con los dedos de una mano. A espera de que tengamos la fecha absoluta que nos darán las pruebas de Luminiscencia Ópticamente Simulada (OSL) que realizará el Cenieh, calculamos que su antigüedad es de 250.000 años. Jugamos con una ventaja, y es que con el material encontrado podemos ya extraer conclusiones, ya que la industria lítica hallada: bifaces y hendedores -dos tipos de hacha- son característicos de una época: la achelense, lo que nos permite saber que tienen más de 200.000 años. No sabemos si aparecerán yacimientos más antiguos, pero creemos que estamos en el techo máximo de ocupación humana.

-¿Presenta alguna peculia- ridad?

-La diferencia más significativa es que el material hallado se encuentra en situación primaria, es decir, en la original, tal y como lo dejaron sus ocupantes.

-¿Qué aporta la situación del material al estudio de esta época?

-El hecho de no haber hallado el material desplazado, sino en su posición original nos permite saber el patronaje de uso del yacimiento. Además, da pie para hablar del Paleolítico inferior en Galicia, que prácticamente nunca se había tocado.

-¿Por qué?

-Esto entronca con la tradición arqueológica en Galicia, más centrada en los castros y los petroglifos. Se entendía que el Paleolítico quedaba a desmano. Hoy nos hemos dado cuenta de que la ocupación paleolítica en Galicia es comparable al resto de la Península Ibérica.

-¿Antes no se consideraba equiparable?

-No. En los años sesenta, se excavó en las Gándaras de Budiño (O Porriño), en una campaña que dirigió el paleontólogo Emiliano Aguirre, que después codirigiría el yacimiento de Atapuerca, pero entonces las técnicas eran muy limitadas. Se sometió el material hallado al Carbono 14, que ahora sabemos que no data más allá de los 50.000 años, y se obtuvieron fechas muy recientes (entre 26.000 y 16.000). Esto dio pie a que la literatura científica asentara el atraso secular de Galicia ya desde el Paleolítico, afirmación falsa porque el nivel es el mismo que en el resto de Europa.

-Dice que de momento únicamente han realizado un tanteo. ¿En qué consistirán los trabajos de septiembre?

-A finales de junio excavamos cuatro metros cuadrados para ver la extensión del yacimiento, que es bastante grande, y hallamos unas 120 piezas tanto pequeñas como de dos kilos de peso, que se encuentran entre las mejores de Galicia por su conservación, lo que puede convertir este yacimiento en una referencia obligada en la Península Ibérica. Ahora vamos a ampliar la excavación otros cinco metros para poder documentarlo mejor. Si continuamos con la densidad de material encontrado hasta ahora, podríamos reunir otras 300 piezas, y por el importante estado de conservación del sitio puede que nos encontremos con más sorpresas de las esperadas.

-¿Qué sorpresas?

-Previsiblemente que el análisis de los filos de los útiles nos permita saber para qué eran empleados: para cortar madera, vegetales, hueso...

-¿Qué ha hecho que el yacimiento se haya preservado en tan buenas condiciones?

-Es una consecuencia geológica: el yacimiento está situado en una terraza superior de limos del río Miño. El depósito de limos (material algo más grueso que la arcilla) se ha depositado en un medio donde el Miño ha aportado agua constantemente, pero sin gran intensidad. Esto ha permitido que la zona haya quedado sellada sin alteración, algo inédito en Galicia.

-¿Cómo se descubrió el yacimiento?

-Un colaborador del Instituto de Estudios Miñoranos, Manuel Ledo, nos comentó que en la zona de Arbo estaban apareciendo materiales. Fuimos y comprobamos que había material tallado en depósito geológico y susceptible de ser excavado. Solicitamos el pertinente permiso de la Dirección Xeral de Patrimonio y comenzamos las excavaciones. El yacimiento está en unos viñedos y si se ha podido excavar es gracias a la sensibilidad del dueño, algo que no siempre encontramos.