Lluvias abundantes, humedad y grandes zonas boscosas hacen de Galicia uno de los territorios españoles más propicios para la aparición y recogida de setas, un fruto que, durante décadas, fue desprestigiado por los gallegos pero que, en los últimos años, se ha convertido en un manjar cada vez más anhelado, como ya venía ocurriendo en Cataluña o el País Vasco. Buena muestra de ello es que, cada otoño, más gallegos se echan al monte a la caza de las más deliciosos y variopintos hongos. Por su climatología, los bosques de la comunidad gallega cuentan con una amplia variedad de especies comestibles, como los cogordos, los níscalos o los boletos.

"Las setas necesitan humedad, temperaturas moderadas y lluvia para que los restos vegetales del monte se empapen y, así, se reproduzcan. En Galicia somos unos privilegiados en ese sentido", destaca el presidente de la Federación Galega de Micoloxía, Carlos Álvarez Puga, y añade: "Prácticamente hay setas de todas las especies, salvo de aquellas que precisan de terrenos calizos, como la amanita de los césares", señala.

Este otoño, sin embargo, la escasez de lluvia y las temperaturas registradas durante los últimos meses están haciendo de la temporada una de las peores de los últimos años. "La campaña depende mucho del tiempo y este año la meteorología fue mala en cuanto a sequía. En septiembre tenían que haber salido especies que no se dieron, como puede ser el boletus de verano, la lepiota o incluso el mismo níscalo", explica el presidente de la Federación Galega de Micoloxía. "En este momento, hay un brote de boletos especialmente en la zona del interior. Lo que llovió no llega para el campo y menos para las setas", continúa.

Aunque Álvarez Puga sostiene que "aún es pronto" para hacer un balance de la temporada de recogida de hongos en la comunidad gallega, es posible que se caracterice por su escasez o poca variedad. "Además de la humedad, muchas especies necesitan una temperatura adecuada, incluso heladas y fríos nocturnos y esto no se ha dado de momento", subraya.

El presidente de la Federación Galega de Micoloxía destaca que la afición a coger setas atrae, cada año, a más personas en la comunidad. "El cambio ha sido tremendo. En Galicia empezamos tarde en el mundo de la micología, pero ahora somos de los más grandes aficionados de toda la península Ibérica y contamos con gente muy entendida", señala.

Carlos Álvarez Puga recomienda mucha prudencia a las personas que se inician en esta afición a la hora de recoger ejemplares que no conocen, "porque, aunque cada vez hay más información, la gente sigue siendo atrevida". "El primer consejo es que vaya con gente muy entendida. sobre todo que asista a conferencias y exposiciones. En las exposiciones se pueden ver las setas en muchos estados de desarrollo. Una seta cambia muchísimo de aspecto a lo largo de todo su desarrollo. Después, los libros son una pequeña ayuda porque las fotos que traen muchas veces en color y en forma no se parecen en nada a lo que vemos en el campo. Hay casos como la amanita phalloides, que muere mucha gente con ella, es desde completamente blanca hasta verde aceituna oscuro. El sol, la lluvia, la edad, decolora las setas. Por ejemplo, una amanita muscaria cuando nace es de un rojo vivo precioso y cuando llega a su vejez es de tono amarillo", enfatiza.

En la misma línea, la Consellería de Sanidade recomienda "mantener las precauciones" en la recogida y consumo de setas silvestres para evitar "posibles intoxicaciones alimentarias". La Dirección Xeral de Saúde Pública e Planificación recuerda que, si bien existen en Galicia especies de setas comestibles "muy apreciadas" en la gastronomía, "también hay otras que son tóxicas o muy tóxicas" y que incluso "pueden llegar a resultar mortales". "Saber distinguir las setas antes de comerlas es fundamental", señalan desde el departamento que dirige Pilar Farjas, al tiempo que añaden: "Ante la duda, es mejor no recogerla". Además, hay que intentar "no mezclar" las especies en el mismo cesto y "no recolectarlas después de grandes lluvias", indican desde Sanidade.

Las claves para poder iniciarse en el mundo de la micología se reciben en cualquiera de las veinte asociaciones de aficionados a las setas que existen en la comunidad gallega. En ellas, se ofrecen charlas, cursos y talleres para aprender a identificarlas y cocinarlas. En el área metropolitana coruñesa, una de las más activas es la Asociación Andoa de Cambre, organización que, durante todos los fines de semana de otoño, ofrece a sus socios salidas al monte. Además, para aquellos que tengan alguna duda sobre los ejemplares recogidos, Andoa mantiene operativo un servicio de identificación de setas, todos los lunes, de 19.30 a 21.00 horas.

La setas venenosas que se dan en Galicia son la amanita phalloides, la amanita verna, la amanita virosa, tres tipos de lepiotas pequeñas, uno o dos tipos de cortunarius y una galerina. "El cortinarius orellanus, por ejemplo, es terrible, porque tiene un periodo de latencia de quince días, de modo que un día puedes encontrarte mal y echarle la culpa a lo que has comido horas antes", señala Carlos Álvarez Puga, al tiempo que añade: "Una de las especies más peligrosas es la amanita phalloides, que abunda en la comunidad gallega, y que es mortal. Un ejemplar puede ser suficiente para que haya que hacer un trasplante de hígado", explica este experto.

Una vez seguros de que las setas cogidas en el monte no van a traer problemas, se puede empezar a pensar en llevarlas al plato. "Las setas se pueden cocinar de mil formas diferentes: a la plancha, en revueltos, arroces, guisos... En cualquier caso, lo ideal es que se acompañen siempre de otros alimentos, porque son bastante fuertes", indica el presidente de la Federación Galega de Micoloxía, quien, además, recomienda no mezclar demasiadas especies de hongos porque, así, "cada una pierde su sabor".

Desde hace dos décadas, decenas de localidades celebran fiestas en honor a las setas más famosas. En la provincia de A Coruña, tienen su particular festa dos cogumelos los concellos de Cambre, Cedeira, Ordes o Curtis. Todas ellas se celebran entre los meses de octubre y diciembre y los participantes pueden degustar diferentes variedades de setas autóctonas, aprender nuevas recetas de cocina o, simplemente, conocer las claves para distinguir un hongo de otro.

Uno de los eventos que logra más afluencia de público es la Feira de Fungos e Cogumelos que, cada mes de noviembre, tiene lugar en la localidad coruñesa de As Pontes de García Rodríguez. Una cita a la que no faltan los aficionados a la micología de toda Galicia.