-¿Qué tipo de anosmia es más común: la congénita (de nacimiento) o la adquirida?

-Aunque a lo largo de mi carrera he visto en consulta a algún que otro paciente con anosmia congénita, son más habituales los casos de personas que han perdido el olfato debido a alguna enfermedad o virus que ha afectado a su nervio olfativo o a un traumatismo craneal (por ejemplo, después de sufrir un accidente de moto). También son bastante frecuentes los casos de gente que, a medida que envejece, y al igual que ocurre con otros sentidos como la vista o el oído, va perdiendo sus capacidades olfativas.

-¿Hay un perfil mayoritario del paciente con anosmia?

-Lo cierto es que no. La pérdida de olfato se da tanto en hombres como en mujeres, aunque, insisto, es más común en pacientes de edad avanzada.

-¿Los pacientes que no tienen olfato tienden a desarrollar, en mayor medida, otros sentidos?

-Puede que sí, aunque es difícil saberlo...

-También se puede dar el caso contrario, es decir, personas que tengan más desarrollado que el resto el sentido del olfato...

-Sí, también hay gente que sufre hiperosmia, un trastorno nervioso que supone el aumento exagerado de la sensibilidad hacia los olores. Normalmente se debe a alteraciones neuronales (un mayor o menor desarrollo de las neuronas), y puede acarrear, a quienes lo sufren, problemas muy graves en entornos sociales, a causa del fuerte impacto olfativo que les suponen ciertos olores.

-Vivir sin oler no debe ser nada fácil...

-No, aunque casi siempre resulta más traumático para las personas que han perdido el olfato que para las que han nacido sin él.

-¿Cómo puede sobrellevar un paciente con anosmia irreversible ese trastorno?

-Yo siempre les digo a los pacientes que han perdido el olfato que traten de ignorar que tienen ese problema. La anosmia, cuando es completa -hay pacientes que pueden captar, levemente, algunos olores- implica una pérdida de la calidad de vida importante, ya que a veces también se ve alterado el sentido del gusto. Aún así, lo mejor es acostumbrarse a vivir con ello, porque, a día de hoy, no hay un tratamiento efectivo.