La presencia abundante de arena y escasez de arcilla en los suelos de Galicia origina que, tras un incendio y posteriores lluvias torrenciales, afloren las capas de arena áridas dando comienzo a una primera fase de desertización.

Así lo ha asegurado en una entrevista con EFEVerde la científica española, María Tarsy Carballas, (Taboada-Lugo,1934) doctora del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), licenciada en Química, doctora en Farmacia y especializada en Edafología (estudio del suelo).

En Galicia, cuando se produce la erosión en un bosque posterior a un incendio, hay un arrastre de materia orgánica y arcilla, que deja al descubierto una capa de arena que es inerte, ha explicado.

Ese arrastre de partículas de materia orgánica y arcilla genera una pérdida de materia fundamental para esos suelos pobres en nutrientes, produciéndose "una arenización que representa un inicio de desertización", ha asegurado Carballas.

Aún así, los suelos de Galicia, muy distintos a los de zonas mediterráneas y de meseta, tienen una productividad que no se corresponden con la calidad, ya que son suelos pobres en nutrientes, ha insistido Carballas.

Esta comunidad autónoma tiene una de las tasas de pluviosidad más altas de la península con lluvias muy bien repartidas que mejoran las propiedades de sus suelos.

Para la investigadora, el suelo de un bosque tras un incendio queda abocado a una destrucción casi segura y afloramiento de la roca si se encuentra en una ladera con fuerte pendiente.

En consecuencia, no es alarmista asegurar que pueden pasar miles o millones años para que, en condiciones propicias, se regenere ese ecosistema.

La científica ha rememorado con cierta nostalgia, la década de los años 60 cuando se inició en el estudio de perfiles de suelos e investigaba sobre suelos con más de un metro de profundidad, mientras que hoy en día "la roca se encuentra al descubierto" en esas mismas zonas.

Carballas ha destacado que aunque lo "mejor de un incendio es que no se produzca", está en desacuerdo con las medidas adoptadas por los Gobiernos que, desgraciadamente prefieren invertir más en la extinción que en la prevención".

"Habría que montar más campañas de educación, alertas, vigilancia y campañas de concienciación en televisión y radio, y nuevas tecnologías de predicción de zonas con riesgos de incendios".