La Universidade de Santiago está dispuesta el próximo curso a un tijeretazo de cien plazas en la Facultad de Medicina, reduciendo un 25% los puestos ahora existentes. Alega que España no necesita tantos médicos, aunque en los últimos años aumentó el cupo con el argumento contrario.

Su nueva posición no es compartida por muchas de sus homólogas. En una primera consulta realizada por este diario, 24 facultades interrogadas de las 37 que hay en España confirmaron ayer que no tienen intención de reducir plazas.

Su previsión es volver a ofertar el mismo número de puestos que este curso. Es el caso de las cinco facultades de Andalucía, cuatro de las catalanas, tres de las madrileñas, dos de las valencianas, las dos canarias, y las de Zaragoza, Oviedo, Cantabria, Salamanca, Extremadura, Murcia, Navarra y País Vasco.

La decisión de la facultad gallega ha suscitado opiniones diferentes. El presidente del Colegio de Médicos de A Coruña, Luciano Vidán, respalda la decisión de Santiago, y asegura que el organismo que preside "siempre" ha entendido, "igual que la Organización Médica Colegial", que "las plazas (en las facultades) estaban muy por encima de las necesidades (de médicos)". En su opinión, "no hay registros fiables de cuántos médicos hay en España", pero sí se sabe que "hay muchos médicos españoles trabajando fuera de España", así que no entiende por qué hay que formar doctores para luego enviarlos al extranjero o que sólo trabajen cubriendo las vacaciones y bajas de enfermedad de otros médicos.

Vidán incide en que "no parece razonable" que se forme durante los seis años de carrera y los cinco de MIR a médicos para un futuro laboral que no se corresponda con las expectativas de los estudiantes mientras cursaban estudios de Medicina.

El presidente del Colegio de Médicos de Pontevedra, Luis Campos Villarino, sostiene, en cambio, que con "la oferta actual se garantiza el relevo generacional de los médicos", pero duda que con el recorte este recambio esté a salvo. Campos Villarino advierte de que de las 400 plazas que ahora hay en el primer curso en Santiago, al menos medio centenar están ocupadas por extranjeros. Con una reducción de cien plazas, Campos Villarino entiende que el relevo estaría "muy ajustado", y avanza que pedirá "explicaciones" al decanato de Medicinas para "conocer" los estudios que maneja para recortar las plazas. "No hay que crear más puestos, pero disminuir nos parece muy delicado", añade.

El portavoz de los médicos pontevedreses quiere saber "las razones objetivas" para una rebaja del 25% de las plazas en una carrera con tanta demanda, sobre todo si en otras muchas facultades no se acorta el número de alumnos. "Las jubilaciones de médicos van en aumento y se espera un pico en 2020", explica Campos Villarino. Un día antes, el decano de la Facultad de Medicina, Juan Gestal, justificaba la reducción porque hay que ajustar las plazas de la facultad a las plazas para luego hacer la especialidad (MIR), pues este curso 700 licenciados se quedaron fuera por no haber puestos suficientes en los hospitales.

Este argumento no vale a Campos Villarino porque al MIR optan también médicos extranjeros que luego en su mayoría vuelven a su país de origen para ejercer la medicina. Además explica que siempre hay jóvenes que al no obtener plaza en la especialidad de su elección prefieren esperar y volver a intentarlo el próximo año.

Mientras la tónica de al menos la mayoría de las facultades de Medicina es no tocar su oferta, en Santiago dan una vuelta de tuerca, y tras incrementar progresivamente el número de alumnos durante los últimos seis cursos, pasando desde 260 plazas hasta las 400 actuales, alegando que faltaban médicos, ahora se da marcha atrás.

En estos años, no fue la facultad compostelana la única que apostó por sumar plazas. Fue fruto de un acuerdo a nivel estatal, en 2007, de crear dos mil nuevas plazas para formar a futuros médicos. La razón, cubrir el déficit de doctores del país.

La decisión de Santiago de dar marcha atrás en su plan de expansión se produce cuando se apuran los plazos para que la institución cierre el acuerdo con sus homólogas de A Coruña y Vigo para la descentralización de la formación teórica de los estudiantes de Medicina para el próximo curso.

El rectorado compostelano siempre ha sido reacio a compartir la docencia de los futuros médicos, porque ve en esta iniciativa un posible embrión de las facultades de Medicina que demandan A Coruña y Vigo. Sin embargo, la falta de espacio en el hospital de Santiago le abocó a enviar a sus estudiantes a otras ciudades para la formación práctica. Si ahora se reduce el número de alumnos, la facultad de la capital gallega tendría un argumento para frenar la descentralización de la enseñanza teórica.

El conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, evitó ayer pronunciarse acerca de la intención de la Universidade de Santiago de reducir plazas en la Facultad de Medicina. Alegó que se había enterado "por la prensa" y afirmó que adoptará una decisión cuando tenga en su mano la propuesta, que, añadió, debe "estar razonada" en función de "las necesidades" del sistema sanitario y "la oferta". Vázquez también dijo que "analizará los argumentos" de la Facultad "sobre todo teniendo en cuenta los intereses del alumnado".

La Universidad propone recortar, pero es el Consello Universitario de Galicia, que se reúne a finales de mes, el que toma la decisión final, una decisión que luego debe ser ratificada por el Ministerio de Educación, lo que suele suceder sin poner pegas, comentó ayer el conselleiro, que también precisó que en el Consello Universitario, donde están representadas Xunta y Universidades, las segundas acostumbran a respetar la autonomía de las demás. En círculos académicos, se comentaba ayer la decisión delicada que debe tomar Educación, y se veía difícil que Santiago se saliese con la suya. Vázquez reclamó ayer que no se "mezcle" la pretensión de la facultad de recortar plazas con sus recelos a descentralizar la formación teórica de los futuros médicos.

El conselleiro reclamó además al Ministerio de Sanidad el estudio comprometido sobre las necesidades de médicos en España para tomar una decisión "fundamentada".