-¿Todavía hay estigma en torno a las enfermedades mentales?

-Sí, desgraciadamente sigue habiendo estigma respecto a las enfermedades mentales, y especialmente hacia los trastornos mentales graves.

-¿Ha aumentado la incidencia de estas patologías en los últimos años?

-Los trastornos mentales graves, como pueden ser la esquizofrenia o trastorno bipolar, no han aumentado; si se observa una mayor incidencia en cuadros reactivos a factores de estrés como los trastornos de adaptación y de trastornos de ansiedad y trastornos afectivos leves.

-¿Cuáles son las enfermedades mentales más frecuentes?

-Por categorías diagnósticas, los trastornos de ansiedad y los trastornos afectivos.

-¿Se abusa de los fármacos para tratar este tipo de trastornos?

-En las enfermedades graves creo que no. Sí pienso que se utilizan con demasiada facilidad en situaciones reactivas a problemáticas vitales, pero esto tiene mucho que ver con los cambios de la sociedad actual, en la que existe una baja capacidad de adaptación a los problemas del día a día.

-Hay demasiados mitos en torno a las enfermedades mentales como, por ejemplo, que las personas que las sufren son más violentas...

-Es especialmente lamentable que mucha gente haga una asociación automática entre esquizofrenia y violencia, cuando la tasa de violencia en estas personas no es mayor que la existente en la población general, y cuando ésta se da, lo hace usualmente en contextos de abandono del tratamiento y/o consumo de sustancias. A la persistencia de este mito contribuyen, de manera significativa, los medios de comunicación, que continúan cometiendo los mismos errores sistemáticos a la hora de hablar de la enfermedad mental. A veces se confunde maldad con enfermedad mental y eso resulta muy injusto. Parece que hay una necesidad de explicar comportamientos que, en muchas ocasiones, no se explican desde la enfermedad mental y están más cerca de la maldad. Es necesario tener muy presente que para cometer actos violentos no es preciso padecer un trastorno mental.

-¿Cómo se puede contribuir a desterrar estos falsos mitos?

-El estigma está muy relacionado con el desconocimiento, por lo que personalmente, creo que hay que hacer visible la enfermedad mental en la sociedad, utilizando diferentes estrategias en función de a quién va destinada la información. Un ejemplo de ello fue el ciclo de psiquiatría y cine de 2011 que hicimos desde el Servizo Galego de Saúde (Sergas) dentro del proyecto Nise, en el que de una forma tan sencilla y económica como es grabar comentarios introductorios de las películas desde la perspectiva profesional, conseguimos llegar a más de 10.000 personas. El limitarse a tratar estos temas, únicamente, en foros científicos no es suficiente si lo que se pretende es sensibilizar a la población general.

-Las asociaciones de enfermos y familiares demandan a la Administración que potencie los servicios de rehabilitación e inserción social de los pacientes con patologías mentales. ¿Qué se está haciendo desde la Xunta a este respecto?

-Reorganizando los recursos, de forma que el paciente tenga acceso al que le pueda resultar más beneficioso en cada momento evolutivo de su enfermedad, ya sea éste un centro de rehabilitación psicosocial y laboral, una residencia o un piso protegido.

-Hace apenas unos meses, el Colegio Oficial de Psicólogos de Galicia denunció que en algunas áreas sanitarias de Galicia se están utilizando las instalaciones de los viejos hospitales psiquiátricos (Conxo en Santiago, Toén en Ourense, etc.) para llevar a cabo la rehabilitación de estos pacientes y criticó que no haya un "compromiso presupuestario serio" por parte de la Administración...

-Eso no es cierto. Precisamente, es en esta legislatura cuando se ha hecho un gran esfuerzo económico en dispositivos de rehabilitación psiquiátrica hospitalaria, que para nosotros es una línea absolutamente prioritaria. En el hospital de Conxo se han derribado las dos unidades existentes que llevaban más de una década siendo "provisionales" y se han habilitado dos nuevas unidades, mientras que en Ourense y Lugo se han planificado nuevos dispositivos de este tipo en Piñor y Calde, que están prácticamente acabadas y que van a sustituir a los hospitales psiquiátricos de Toén y Castro.

-¿En qué punto se encuentra el Plan Estratéxico de Saúde Mental puesto en marcha por la Consellería de Sanidade? ¿Se han cumplido las metas fijadas hasta este año?

-Se ha avanzado mucho en el campo de la salud mental. Se han iniciado líneas completamente abandonadas como la lucha contra el estigma, en la que trabajamos desde el primer día o los programas de psicoeducación, que brillaban por su ausencia. Este año, se abre la primera unidad de hospitalización infanto-juvenil de Galicia, en Santiago, después de llevar multitud de años hablando de ella. Además, Ferrol y Lugo cuentan ya con nuevas unidades de hospitalización breve para adultos. Por otro lado, se está trabajando por una verdadera integración funcional de la asistencia a trastornos adictivos en el Sergas que no figure solo en el papel, para lo se ha publicado un circuito de asistencia sanitaria a trastornos adictivos, y se ha facilitado el acceso a la historia clínica y receta electrónica en iguales condiciones que cualquier otra especialidad del Sergas. Debemos estar satisfechos, ya que en una etapa de crisis económica se ha avanzado más que nunca hacia una normalización de la atención a la salud mental y a los trastornos adictivos en el sistema sanitario de Galicia, una asignatura pendiente desde hace demasiados años.