Aliviar el dolor en función de la percepción del propio paciente y no limitarse a prescribir el tratamiento habitual. Ése es el núcleo del programa Hospital sin dolor, que ha puesto en marcha el centro coruñés Santa Teresa, el primer sanatorio privado de Galicia en implantar un nuevo modo de abordar el dolor. Plasmar en una escala objetiva la impresión subjetiva del enfermo sobre cuánto le duele es el punto de partida de los protocolos que estipula el proyecto, que ayer presentaron miembros del hospital y de la plataforma Sin Dolor, una iniciativa conjunta de la Fundación Grünenthal y la Fundación para la Investigación en Salud (Fuinsa).

En la escala Eva, similar a una regla de plástico, el paciente debe situar una barra azul en el punto de la línea que considere que responde a su grado de dolor en una línea horizontal que en un extremo indica "sin dolor" y en el otro, "el peor dolor posible". En la línea en que el paciente expresa cuánto dolor siente no hay números, aunque sí por la otra cara, en la que se ve a qué número, en una escala de entre 0 y 10, corresponde la marca del paciente.

Concienciar a todo el personal sanitario y a los propios enfermos es clave para lograr la finalidad de este programa: "intentar que el paciente no tenga dolor y, si lo tiene, que sufra lo menos posible", apuntó la directora médico de Fuinsa, Margarita Izquierdo, que presentó el programa junto a la directora gerente del hospital coruñés, Marta Taboada; la miembro de la Fundación Grünenthal Carmen Zárate, y el director asistencial de USP Hospitales, Pedro Rico. Los trabajadores del hospital recibirán formación sobre cómo actuar según la descripción del paciente y se elaborarán protocolos para tratar de superar la dificultad de abordar el quinto signo vital, el único que no se puede medir de forma objetiva, a diferencia de los otros cuatro: temperatura corporal, pulso, presión arterial y frecuencia respiratoria.

El Hospital USP Santa Teresa ya contaba con una Unidad de Dolor, pero un estudio reveló que los pacientes ingresados padecían dolor, por lo que el centro vio en la implantación de nuevos protocolos de actuación "una oportunidad de mejora", como señaló el director médico del hospital, Pablo Asensio. Con el proyecto, el hospital coruñés busca, además, cumplir con uno de los derechos fundamentales reconocidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de Naciones Unidas (ONU): el alivio del dolor. Tras la experiencia en el centro coruñés, Hospital sin dolor se implantará en los demás centros de la red USP Hospitales.

Los pasos que seguirá el Hospital USP Santa Teresa tras una cirugía serán dejar una analgesia de base y otra de rescate, "por su fuese necesaria", explicó Pablo Asensio, y añadió que "se dejará una pauta para el tratamiento en casa". Las modificaciones, además de afectar a los modos de proceder, suponen "un cambio en la conciencia de todo el hospital", defendió Carmen Zárate, quien consideró que para todo paciente "es importante que alguien te pregunte cómo estás". "Los recuerdos que tenemos de nuestro paso por la sanidad casi siempre están asociados al dolor", apuntó Marta Taboada.

Tras la experiencia en el centro coruñés, Hospital sin dolor se implantará en los demás centros de la red USP Hospitales.