El psicoanalista y psicólogo clínico de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), Manuel Fernández Blanco, invita a los padres de niños hipoactivos a reflexionar sobre "su parte de responsabilidad" en el desinterés que sus hijos muestran ante tareas que, como los estudios, les suponen una obligación. "El interés por saber es contagioso y se transmite de padres a hijos", subraya el especialista del Chuac, quien asegura que un niño "siempre estudia, en cierto modo, para otros" y esto, a su vez, "le suscita un interés". "El interés por la cultura y el conocimiento tiene que existir para que se pueda proyectar en los niños. No es lo mismo que el lugar de ocio de una familia sea un centro comercial que un museo", destaca.

A este respecto, Fernández Blanco sostiene que numerosos estudios han constatado que "el indicador más fiable del éxito escolar de un alumno es el número de libros que hay en su casa". "Si hay menos de diez, malo", apunta el psicólogo infantil del Chuac, y añade: "Siempre pueden darse excepciones, pero en la mayoría de los casos se ha demostrado que es así. El nivel socioeconómico de la familia no es tan determinante como la mayoría de la gente cree", señala.

El especialista de la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del complejo hospitalario coruñés sostiene que los niños hipoactivos sólo se muestran apáticos y desinteresados ante tareas que les vienen impuestas y que no suscitan su interés y que, ante otras actividades, actúan de manera "completamente normal", reforzando así la idea de que se trata de un problema de actitud más que de un trastorno que requiera un tratamiento farmacológico. "Se trata de niños que a la hora de jugar o de relacionarse con otros se muestran tan activos como el resto", subraya Fernández Blanco, y sentencia: "Cuando están ante algo que les gusta, funcionan a mil maravillas".