La celebración del 800 aniversario de la catedral de Santiago ha sido la efeméride elegida por Corporación Hijos de Rivera -que entre otras marcas cuenta con Estrella Galicia- para sacar a la luz una serie de vinos limitada a 800 cajas (una por cada año del templo compostelano) bajo el nombre de Ponte da Boga Expresión Histórica.

Las cajas con las botellas se realizan de forma única anual. Esta primera edición precede otras especiales que estarán relacionadas con los estilos arquitectónicos que marcan la historia de la Catedral. Es decir, las series llevarán el apellido Expresión Románica, Expresión Gótica y Expresión Barroca.

El caldo se ha realizado con uva mencía, así como de las variedades merenzao, sousón y brancellao, procedente de la Ribeira Sacra.

Hijos de Rivera aprovechó para consagrar este vino al Apóstolo a través de un acto litúrgico privado en el que participaron accionistas y empleados de la empresa así como autoridades

El acto litúrgico se inició con la oración del deán de la Catedral, José María Díaz. Posteriormente, tuvo lugar la ofrenda. En ella, José María Rivera, presidente del grupo, que ofreció un discurso.

La celebración religiosa prosiguió con la actuación del gaitero Carlos Núñez en el altar. El músico gallego actuaba por primera vez dentro del templo. Fuera, en la Praza do Obradoiro, fue memorable el concierto ofrecido el verano del pasado año con The Chieftains y la Orquesta Sinfónica de Galicia, directo multitudinario que desbordó el espacio delimitado por San Xerome, el Hostal dos Reis Católicos y el Pazo de Raxoi.

Núñez interpretó varios temas destacando Ad Honorem del Códice Calixtino, un guiño del destino ya que el deán José María Díaz -presente en el concierto a escaso espacio de Núñez- era el archivero de la catedral cuando desapareció el manuscrito del templo meses atrás.

El concierto también incluyó el Romance de Don Gaiferos, dos de las Cantigas de Santa María de Alfonso X El Sabio y el Salve Regina. Este último tema sonó espectacular y contó con el apoyo en el órgano barroco de la Catedral tocado por Joaquín Barreira.

Carlos Núñez destacó que para él era un "honor" tocar en el templo compostelano, símbolo de las conexiones culturales de Europa.