El presidente de EE.UU., Barack Obama, renovó hoy el compromiso de su Gobierno en la lucha contra el sida en todo el mundo, al anunciar más recursos y nuevos objetivos para combatir la enfermedad, que incluyen aumentar en dos millones el número de personas con acceso a tratamiento en dos años.

"Podemos derrotar esta enfermedad. Podemos ganar esta batalla. Sólo tenemos que seguir luchando, cada día hasta que lleguemos a cero", afirmó el mandatario estadounidense en un discurso en la Universidad de Georgetown, en Washington, con ocasión del Día Mundial de la Lucha contra el Sida.

Cuando comenzó la pandemia en los años ochenta, "pocos podrían haber imaginado que hablaríamos de la posibilidad real de una generación libre de sida. Pero lo estamos haciendo. Y hemos llegado a eso por la creencia de todos ustedes de que podremos, y lograremos, vencer esta enfermedad", declaró el gobernante.

Según los últimos datos de la ONU, a finales del pasado año eran 34 millones las personas que vivían con el VIH en todo el mundo, un 17 % más que en 2001.

En un acto donde también participaron por videoconferencia los expresidentes Bill Clinton y George W Bush, Obama anunció nuevos objetivos en la lucha, entre ellos aumentar de cuatro a seis millones en dos años el número de personas que reciben tratamiento en todo el mundo.

Asimismo, el Gobierno de EE.UU. intentará hacer llegar medicamento contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) a 1,5 millones de mujeres embarazadas seropositivas en todo el mundo, para evitar la transmisión del virus a sus bebés.

También en los próximos dos años se tratará de distribuir más de mil millones de preservativos en los países en desarrollo y se sufragarán 4,7 millones de circuncisiones voluntarias entre los varones del este y sur de África.

Según los datos aportados por la Casa Blanca, la circuncisión reduce el riesgo de contagio de mujer a varón en un 60 %.

El Gobierno destinará, además, 50 millones de dólares adicionales a la lucha contra el sida en EE.UU., donde cerca de 1,2 millones de personas son portadores de VIH, causante del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), que entre 2006 y 2009 mató a cerca de 16.000 personas al año en el país.

Las nuevas iniciativas se suman al Plan de Emergencia presidencial para el alivio del sida en 15 países, la mayoría de ellos en África, lanzado por George W Bush en 2003 y dotado inicialmente de 15.000 millones de dólares.

El Congreso de EE.UU. aprobó en 2008 ampliar la dotación del fondo a 48.000 millones de dólares en cinco años.

Pugna en el Congreso

Ahora, la Casa Blanca se encuentra en una fuerte pugna con el Congreso acerca de la reducción del gasto público y el Legislativo se muestra opuesto a aprobar cualquier tipo de aumento de fondos.

Pero, el Gobierno ha asegurado que esta nueva dotación para la lucha contra el sida se obtendrá de partidas presupuestarias ya existentes que se reasignarán.

En su discurso de hoy, Obama tuvo grandes palabras de elogio para su predecesor, al asegurar que el plan de emergencia representa una de las grandes contribuciones de Bush.

"Ese programa -más ambicioso de lo que incluso los principales defensores pensaron entonces que era posible- ha salvado miles y miles de vidas, ha alentado la acción internacional y ha sentado las bases para un plan global que tendrá un efecto en las vidas de millones de personas", declaró.

"Estamos orgullosos de tener la oportunidad de continuar esa labor", añadió.

Obama lanzó también un llamamiento al resto de los países a contribuir a la lucha contra la pandemia.

En particular, mencionó a China para exhortar a ese país a aportar dinero al Fondo Global contra la enfermedad.

"Los países que han comprometido dinero para el Fondo Global deben entregar las aportaciones prometidas. Y los países que no se han comprometido deben hacerlo. Eso incluye a China y otras grandes economías que ahora son capaces de dar un paso adelante como donantes de relevancia", señaló.

La intervención de Obama coincide con un informe de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU., divulgado esta semana, que indica que cerca de tres de cada cuatro estadounidenses con el VIH no tienen la infección bajo control, uno de cada cinco seropositivos no saben que lo son y de los que lo saben casi la mitad no recibe tratamiento.