Pasar bastante tiempo ocupado en hobbies con una exposición alta así como continuada -sin protección ni ventilación- a determinados barnices, disolventes, pinturas, pegamentos o el polvo de la madera multiplica el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón. Es la conclusión a la que han llegado investigadores de la Universidade de Santiago y de los complejos hospitalarios de Compostela y Ourense después de estudiar a casi un millar de gallegos, de los que 442 tenían dicha dolencia.

Los resultados del estudio se han publicado en una de las revistas especializadas más importantes del mundo, Epidemiology. En ella, se destaca que el riesgo de registrar cáncer puede duplicarse o triplicarse entre las personas que en sus ratos de ocio se dedican a la carpintería del hogar, otros trabajos con la madera, modelismo -construir maquetas- o tareas con pintura o barnices (aficiones de "alto riesgo", según señala el informe) en comparación con las personas que dedican sus ratos de ocio a otras actividades.

Entre los gallegos que sí se entregan a los hobbies antes citados, el riesgo es mayor (se triplica) si fuman, señala el artículo publicado recientemente en la revista especializada.

La clave, según los expertos -en el equipo se encuentran profesores y especialistas como Luciana Prini Guadalupe, Mónica Pérez Ríos, Alberto Ruano, José Abal Arca o Juan Miguel Barros- reside en evitar el contacto con agentes cancerígenos presentes en productos utilizados en las actividades de ocio. Para estos investigadores, ha quedado demostrado que "el pasar un tiempo considerable en estas actividades de ocio, a menudo con poca o nula protección contra los agentes cancerígenos, conduce a niveles de exposición que pueden ser mayores a los de ocupaciones de alto riesgo".

El equipo de expertos recopiló información del millar de pacientes estudiados acerca de su estilo de vida, fijándose sobre todo en si fumaban o no; su historial laboral y el tiempo que habían dedicado en su vida a actividades de ocio que precisasen el uso de cierto tipo de sustancias cancerígenas.

El problema radica en haber pasado bastantes horas usando materiales de "naturaleza tóxica" tomando "pocas precauciones". Es decir, utilizándolos en lugares con pobre ventilación o a poca distancia del cuerpo.

"Nuestros hallazgos señalan un elevado riesgo de cáncer del pulmón en pintores, carpinteros, trabajadores de la madera.... Entre las aficiones analizadas, el riesgo asociado parece superar el encontrado en las anteriores ocupaciones laborales", puntualizan en la revista Epidemiology.

Consejos

Roberto Ruano, por su parte, explicaba ayer que la idea de elaborar esta investigación nació de un estudio preliminar del año 2002 con una muestra menor. "Allí, encontramos que practicar estas actividades parecía aumentar el cáncer de pulmón", comentaba.

Ruano enfatizó que la gente cuando se entrega a estas actividades -hobbies con disolventes, pinturas, pegamentos o barnices- lo hace "porque le gusta y no conscientes del riesgo de cáncer por realizarlas durante un tiempo prolongado y, en muchos casos, en lugares cerrados sin ventilación lo que lleva a una concentración elevada de sustancias tóxicas".

Como consejos, este profesor del departamento de Medicina Preventiva e Saúde Pública de la USC recomendó "realizar estas actividades en un lugar lo más ventilado posible; usar mascarillas y cerrar botes y recipientes mientras no se haga uso de ellos. Pero lo más importante es que ninguna de estas personas debería fumar". Finalmente, recalcó que no buscaba "alarmar" sino informar.