Paro, sueldos más bajos, menos contrataciones, ERE, incertidumbre laboral, dificultades para llegar a fin de mes... Mientras las provisiones a los bancos suben, el déficit se mantiene y la prima de riesgo se dispara, la líbido de muchos ciudadanos no deja de fluctuar igual que la Bolsa: lo mismo sube ligeramente que se desploma y entra en números rojos. ¿Cómo afecta la crisis al deseo? ¿Ha entrado el sexo en recesión? ¿Se practica más o menos que antes? Los expertos en la materia no acaban de ponerse de acuerdo sobre cuál es el comportamiento mayoritario entre las sábanas en plena debacle financiera. Por un lado, las consultas a médicos y sexólogos para tratar problemas de apetito sexual han aumentado; por otro, numerosos estudios aseguran que, al disponer de menos dinero para salir, las parejas viven un nuevo auge sexual. El más reciente, el último Informe Durex sobre Bienestar Sexual, que asegura que tres de cada cuatro españoles están satisfechos con sus relaciones de pareja y opinan que una buena vida sexual mejora, sobre todo, su estado de ánimo.

El vicepresidente de la Sociedad Gallega de Sexología, Emilio López Bastos, opina que el clima general de tensión laboral, la exigencia en las empresas y la sobrecarga de responsabilidades "son terribles para el deseo sexual". "La crisis económica es un factor externo que repercute en las relaciones de pareja pero, en general, la falta de deseo se produce por el estilo de vida actual, que produce una gran fatiga en la gente y un descanso basado en la pasividad del sofá y la manta frente al televisor", sostiene López Bastos, quien subraya que, mientras en las mujeres, los problemas de falta de deseo vienen de lejos, los hombres han visto, en los últimos tiempos, como el estrés y el cansancio azotan también su vitalidad sexual. "Tradicionalmente, eran mujeres con pareja quienes visitaban, con mayor frecuencia, las consultas de los sexólogos pero, de un tiempo a esta parte -hace ya unos cinco años, antes, incluso, de que se iniciase la crisis económica-, el goteo de hombres con problemas de falta de deseo es incesante", destaca el especialista gallego.

Y eso que, para los españoles, el sexo es una cuestión prioritaria, según se desprende de numerosas encuestas realizadas en los últimos años. Un estudio de la Federación Española de Sociedades de Sexología desvela que el 77% de los hombres reconoce darle mucha importancia a las relaciones sexuales, frente a un 58% de las mujeres. Además, la primera Encuesta Nacional de Salud Sexual, de 2009, revela que el 86% de los varones y el 78% de las féminas coinciden al asegurar que la sexualidad es necesaria para el buen equilibro personal. Citando al reconocido psicólogo y sexólogo catalán Antonio Bolinches, el vicepresidente de la Sociedad Gallega de Sexología reconoce que "una pareja no puede funcionar solo con sexo, pero tampoco sin él", y añade: "Una vida sexual satisfactoria proporciona placer, autoestima y mejora el estado de ánimo en general".

Cuando una pareja, o alguno de sus miembros por separado, acuden a la consulta de un sexólogo para tratar su inapetencia sexual, el primer paso a seguir es "explicarles cómo funciona el deseo" en las relaciones estables. Y es que, según el vicepresidente de la Sociedad Gallega de Sexología, uno de los errores más comunes es pensar que se necesita sentir deseo para iniciar los encuentros sexuales. "El deseo suele aparecer después de la excitación. El que no exista previamente no significa que no puedan iniciar una relación sexual", apunta este experto, quien reconoce que todavía existen muchos falsos mitos en torno a la sexualidad. "Por eso la educación sexual es tan necesaria a todos los niveles, pero especialmente entre los más jóvenes", concluye el vicepresidente de la Sociedad Gallega de Sexología.

El llamado punto G ha sido objeto de muchos debates sobre sexo, dudosos estudios y "víctima" de repetidos desmentidos, pero ahora parece haber sido localizado por un médico estadounidense, Adam Ostrzenski. Este especialista del Instituto de Ginecología de St. Petersburg, en Florida, asegura haber confirmado la existencia del botón del placer tras realizar una disección de la pared interior de la vagina del cadáver de una anciana de 83 años, indicó un estudio publicado en la revista Journal of Sexual Medicine.

El punto G identificado por Ostrzenski se presenta como una pequeña cavidad bien definida en la parte posterior de la membrana perineal, a 16,5 milímetros de la parte superior del orificio de uretra, creando un ángulo de 35 grados con la parte lateral de la uretra.

Formado por tres regiones distintas, el punto G en el cadáver analizado medía 8,1 mm de largo y tenía un ancho variable entre 3,6 mm y 1,5 mm y una altura de 0,4 mm. Una vez extraído, todos los tejidos adyacentes variaron entre 8,1 a 33 mm, indicó el estudio.

"Este estudio confirma la existencia anatómica del punto G, lo cual puede conducir a una mejor comprensión y mejora de la función sexual femenina", sostiene Ostrzenski.

Por su parte, el editor en jefe de la revista, Irwin Goldstein, destaca que el hallazgo puede contribuir a mejorar el conocimiento de la anatomía sexual femenina.

El punto G, bautizado así por el ginecólogo alemán Ernst Graefenberg en 1950, es un lugar muy sensible en la vagina que, estimulado, concede a la mujer gran excitación y un potente orgasmo.