El Consejo Económico y Social (CES) alertó ayer de que recortar en educación, sanidad y dependencia "cronificará" las desigualdades más allá de la crisis y subrayó que España es uno de los países con mayor exclusión social, con uno de cada cuatro hogares en riesgo de pobreza. En la presentación de la Memoria del CES 2011, su presidente, Marcos Peña, describió la situación del país como "pavorosa" y reclamó un "entendimiento político" entre los poderes públicos para repartir los "sacrificios" de forma equitativa, algo que por el momento no se está produciendo "de ninguna manera".

De este modo, Peña recordó que España se empobrece "más rápidamente" que el resto de los socios de la Unión Europea y que las rentas más altas son siete veces mayores que las más bajas, cuando la media europea es de cinco veces. También hizo hincapié en que la crisis y las políticas para frenarla tienen "efectos negativos" sobre la distribución de la renta de los ciudadanos españoles. "Hay algunos recortes que no se corrigen en una generación, y su efecto se cronifica", explicó Peña, con el ejemplo de que un bache de carretera puede arreglarse dentro de cinco años sin graves consecuencias, pero la ausencia de inversión en prevención de un tipo de tumor no se podrá solventar cuando este se detecte en el futuro.

Por su parte el consejero del CES Fernando Valdés manifestó que existen países donde dos o tres generaciones de jóvenes quedan fuera del sistema educativo, y una generación entera queda excluida del mercado de trabajo.

Para el CES, España puede sufrir "la paradoja del alumno aplicado", ya que la política fiscal restrictiva ha provocado "quiebras" como la interterritorial. De este modo, ha aumentado el índice de dispersión, y la riqueza de la comunidad autónoma más rica, el País Vasco, dobla a la de la más pobre, Extremadura.

Aunque el CES quiere dejar claro que no quiere dar "consejos" o "enmendar la plana" sobre las políticas que se llevan a cabo en España, advierte también del "círculo vicioso" de que la falta de expectativas eche abajo el consumo. "Ser más pobres y tener menos expectativas provoca una desafección que afecta al consumo y dificulta la recuperación", advirtió Peña, que recordó que el 50% de los hogares españoles vive ahora peor que antes de la crisis.

También destacó la "paradoja" del "retorno" a los servicios públicos en sanidad, educación y dependencia, precisamente cuando estos servicios están menos dotados. Frente a este panorama, Peña defendió el valor y los logros del diálogo social en España, que es a su juicio lo que mantiene la cohesión y evita la escalada de conflictividad. Además, el responsable del Consejo Económico y Social señaló que, aunque aseguró no estar "enfadado" por ello, el actual Gobierno solo le ha enviado un proyecto de ley sobre alquileres para que emita una opinión, ya que la mayoría de las normas que aprueba son decretos y por tanto, no se les reenvía para analizarlos.