El suicidio en Galicia es ya un problema de salud pública. En el último año 335 personas se quitaron la vida, frente a las 199 víctimas mortales de las carreteras; un 10 % más que el año anterior mientras que los fallecidos en los viales se redujeron el 31,6%. Ahora, por cada dos muertos en accidente de tráfico hay ya tres suicidios, según la última memoria del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga).

El caso del anciano matrimonio de la localidad ourensana de Vilardevós, en el que supuestamente el marido mató a su mujer y después se pegó un tiro tras dejar una nota en la calle diciendo que habían muerto, refleja las características de la mayoría de los suicidas. Gran parte de las víctimas por fallecimientos autoinfligidos son personas mayores de 65 años que arrastran problemas de soledad o se obsesionan con padecer alguna enfermedad y no quieren ser una carga para sus familias. En otros casos, los menos, padecían depresión o algún tipo de enfermedad mental, según el perfil que traza el subdirector del Imelga en Ourense, Julio Jiménez. Este forense, que aboga por poner en marcha planes de prevención tal y como se ha hecho con los accidentes de tráfico, apunta que, de momento, no se han dado casos de suicidios por motivos económicos.

La diferencia entre las dos causas de muerte, autoinfligida o accidente de tráfico, alcanza ya el 68,3%. La demarcación de Santiago registró la mayor tasa de suicidios (67 casos), seguida de la provincia de Ourense (51), Lugo (50), A Coruña (68), Pontevedra (34) y Ferrol (18). Vigo registra la tasa más baja, en proporción a la población, con 47 casos.

El informe del Imelga, el más fiable en cuanto a víctimas de tráfico pues recoge también los fallecimientos en hospitales, resalta que uno de cada cuatro fallecidos presentaba cifras de alcohol en sangre por encima de los límites permitidos legalmente, y el 8,4% estaban bajo la influencia de sustancias psicoactivas. El índice de alcoholemias positivas más elevado se detectó en personas de 51 a 60 años.

Un detalle significativo es que el número de víctimas de entre 20 y 29 años se mantuvo entre el 2010 y el 2011, mientras que han aumentado los fallecidos de más de 60 años a causa de atropellos. La memoria forense incide en que en el intervalo de entre 15 y 34 años la inmensa mayoría de las víctimas se producen por colisión, mientras que las cifras de atropellos más altas se dan en los menores de 14 años y los mayores de 65.

En cuanto a índice de mortalidad, los meses de febrero y agosto concentraron el mayor número de accidentes de circulación con una media mensual de fallecidos a lo largo del año de entre 14 y 21 víctimas.

En el Instituto de Medicina Legal de Galicia fueron atendidos en el último año 52.241 casos en total: 1.840 autopsias (más de la mitad muerte violentas) y 50.401 casos en el servicio clínico médico forense. Por demarcaciones, A Coruña realizó 410 autopsias, 180 muertas violentas; Vigo, 315 de las que 161 fueron por muerte violenta; Santiago 301 (167 violentas); Lugo 249, 127 por muerte natural; Ourense 240, 150 por muerte violenta; Pontevedra 192, 98 de muerte violenta, y Ferrol 135. Traumatismos, asfixias mecánicas, suicidios y homicidios centran las principales causas por muerte violenta con la que se encuentran los forenses gallegos.