Miedo a las revisiones médicas, a una posible recaída, a volver a encontrarse mal... En España hay cerca de un millón y medio de pacientes que han vencido al cáncer y afrontan esa nueva etapa de su vida con incertidumbre. Hoy es posible sobrevivir a la enfermedad pero, ¿cómo se encara el día a día después de haber pasado por ese duro trance?

"El cáncer se cura cada vez más y con menos secuelas. Si hay una recaída, puede haber tratamiento y, además, se viven mejor los años que vienen después", apunta la psicóloga de la Junta Provincial de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en A Coruña, Palmira Ric, aunque reconoce que los pacientes necesitan tiempo para acomodarse a su nueva situación, una vez superada la enfermedad. "En la AECC hacemos un seguimiento a nivel psicológico a los pacientes que han recibido el alta médica, y también a sus familiares, para acompañarles y resolver todas las dudas que les puedan surgir durante ese proceso de adaptación, cuya duración variará en función de las circunstancias personales de cada uno de ellos", señala Ric, quien subraya que "hay que aprender a vivir con el miedo a una posible recaída y con la ansiedad que produce acudir a las revisiones y esperar los resultados". "Por eso es muy importante disponer de ese apoyo psicológico", remarca.

Mensajes contraproducentes

La psicóloga de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña destaca que, "durante la enfermedad, el tiempo no transcurre igual para los pacientes con cáncer". "Se para su reloj", asegura Palmira Ric, mientras insiste en que no se puede tratar de imponer a todos los pacientes mensajes del tipo de "hay que tener siempre una actitud positiva" porque, insiste de nuevo, ésta dependerá de las circunstancias personales de cada uno de ellos. "La relación con la pareja, la familia y los amigos, y el que haya o no una estabilidad laboral u otros problemas añadidos influirá en el talante de los pacientes durante el tratamiento y la recuperación", apunta Palmira Ric, y subraya: "El cáncer no radica a otras cosas, suma. Es muy importante destacar esta cuestión, porque muchas veces se transmiten mensajes erróneos, sobre todo a través de los medios de comunicación, que hacen que los pacientes se saturen y se sientan todavía más angustiados y vulnerables", remarca.

La vuelta al trabajo

Otro problema al que se han de enfrentar los pacientes que han superado un cáncer es la integración laboral. Según un reciente estudio del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac), tres de cada diez supervivientes se han sentido discriminados o perjudicados en el trabajo a causa de la enfermedad, mientras que alrededor del 20% ha perdido su empleo o ha tenido problemas en la reincorporación laboral. La psicóloga de la Junta Provincial de la AECC en A Coruña admite que, en algunos casos, no se pueden desempeñar los mismos empleos que antes de sufrir la enfermedad, pero insiste en que la vuelta al trabajo es un factor importante para que los pacientes que la han superado puedan volver a coger las riendas de su vida. "Hoy en día, la gente tiene más formación, y si no se pueden realizar las mismas tareas que antes -porque la enfermedad ha dejado alguna secuela física-, se podrán hacer otras. Hay muchas alternativas: trabajar desde casa, a jornada partida... Volver al mundo laboral es muy positivo, porque ayuda a los pacientes a recuperar su antiguo ritmo de vida", apunta esta experta.

Palmira Ric defiende también la necesidad de afrontar el diagnóstico del cáncer, el tratamiento y también la curación como un proceso natural. "Hay que desterrar falsos mitos", remarca esta experta, y continúa: "Los afectados se van a enfrentar a todo ese proceso como a otros momentos de su vida: los que se bloquean, se bloquearán; los que son extrovertidos, querrán comunicarlo cuanto antes; los más introvertidos a lo mejor no... y nosotros -la familia y el resto de su entorno- tenemos que ayudar y no invadir", señala la psicóloga de la Junta Provincial de la AECC coruñesa, y añade: "Si se quiere ayudar, es importante estar bien informado y contribuir a afrontar el cáncer con naturalidad, sin dramatismos innecesarios, y atendiendo a las necesidades del paciente en cada etapa de la enfermedad", concluye la especialista coruñesa.

Cuando un paciente escucha "tiene usted cáncer" sus oídos se cierran para casi cualquier cosa más. De nada sirve hablar de buen pronóstico, de tratamientos de éxito, de calidad de vida... Lo que desencadena el diagnóstico en su cabeza no deja que entren apenas ideas. "Te quedas bloqueado", explica Manuel García, un coruñés de 58 años al que, en 2010, le fue diagnosticado un tumor de garganta. "Cuando el médico me dijo lo que me pasaba perdí el conocimiento, pero inmediatamente después decidí que no podía venirme abajo, que tenía que luchar, y aquí estoy", apunta Manuel, quien asegura que el apoyo de la familia resulta "fundamental" durante el tratamiento "pero también, tras la curación".

Un mes después de saber que tenía cáncer, este coruñés fue sometido a una laringectomía total (técnica quirúrgica por la cual se reseca toda la laringe del paciente y se le realiza una traqueotomía total), por lo que perdió completamente el habla. "Me pusieron una prótesis y gracias a ello, y al intenso trabajo de rehabilitación con los logopedas de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), hoy puedo volver a hablar", remarca Manuel, quien colabora en el programa de voluntariado testimonial de la AECC visitando a pacientes que, precisamente, están pasando por la misma situación que él, afortunadamente, ya superó. "Aunque cada persona es un mundo, yo intento aconsejarles que miren siempre hacia delante", señala.

Como él, Suso Tarrío, de 58 años, también ha superado un cáncer de garganta tras serle practicada primero una cordectomía (extirpación de una cuerda vocal) y, nueve meses después, una laringectomía total. "Siempre he intentado ser positivo porque hay personas que están mucho peor que yo", explica Suso, quien reconoce que intenta llevar la misma vida que antes de la enfermedad. "Voy a jugar a las cartas con los amigos, a pescar, llevo a mis nietos a la playa... trato de no pensar en la enfermedad", admite este coruñés, quien también acude a rehabilitación logopédica en la AECC para aprender a hablar con voz esofágica (sin prótesis).

Toño Patiño, de 56 años y a quien le fue practicada una cordectomía, también considera que el apoyo de la familia es clave para sobrellevar la enfermedad. "Es el 80% de la curación", destaca, y concluye: "Unos días estás más animado y otros menos, pero eso le pasa a todo el mundo".