El color, los estampados florales y diseños que llaman al optimismo y apelan al made in Spain, han sido las líneas comunes de las colecciones que se vieron ayer en la segunda jornada de la Mercedes-Benz Fashionweek Madrid. Como resume un cartel escrito en el vestidor del gallego Roberto Verino, el modisto que inauguró los desfiles de ayer, la Spanish pride attitude estuvo presente en todas las colecciones, una actitud positiva para "hacer frente a las adversidades".

Sin caer en el folclore y huyendo de los tópicos "chabacanos", Roberto Verino ha subido a la pasarela la colección El jardín de la pasión, con patrones de los años 50 y bañada en los típicos colores españoles, el rojo y el negro, salpicados con notas doradas, rosas y limas. Racial y con reminiscencias pin up es el diseño de Verino para la próxima temporada estival, donde sobresalen siluetas femeninas en denim, el tejido más utilizado del mundo según Verino.

Por su parte, Ángel Schlesser ha llevado una colección Gráfica, en la que las rayas y los lunares se visten con los colores básicos, el blanco y el negro, para buscar unos diseños frescos y fáciles. Una apuesta "muy gráfica", con la que Schlesser ha creado pantalones de pierna amplia con una gran caída y ha dibujado volantes en cuerpos y faldas que ciñen el talle.

La recuperación del trabajo artesanal en mimados plisados y bordados de flores ha sido la apuesta del diseñador valenciano Francis Montesinos, que ha llevado a la pasarela una florida colección, su Jardín español. Se trata de reivindicar el "buen hacer tradicional", esas vainicas y bordados en tejidos vaporosos, ha explicado el diseñador, que ha intentado combinar "lo romántico y lo sexy".

Los diseñadores Victorio&Lucchino han decidido que el vestido tradicional chino, qipao, que cumple su primer centenario, fuera el punto de partida para crear su colección primavera-verano 2013, con unas propuestas que "van a crear tendencia", han avanzado. Los sevillanos, que han estudiado y pasado por su tamiz esta famosa prenda china de cuello cerrado, aperturas laterales y silueta suelta, han presentado una colección en la que los tejidos nobles como la gasa se mezclan con otros menos importantes como el algodón.

Vitoria-Gasteiz ha inspirado la colección de Devota&Lomba, con unos diseños urbanos repletos de optimismo en los que predominan los estampados florales y el gris, tono utilizado tanto para el hombre como para la mujer. Este color, según contó Modesto Lomba, representa la parte práctica y urbana, mientras que las flores y el verde apelan a la feminidad.

Los drapeados, los plisados y las jaretas diagonales han sido el hilo conductor de los vestidos de fiesta y noche de Hannibal Laguna, una colección en la que el volumen, los vuelos y la doble capa de tela han estado presentes sin costuras.

Como los grandes músicos, Ágatha Ruiz de la Prada, con la colección Ágatha vs Ágatha se revisó a sí misma con sus vestidos aro, faldas pelota, cuerpos corazón y trajes estrella en una jornada que se cerró con una retrospectiva de Elio Berhanyer desde los años sesenta hasta 2012.

La coruñesa María Barros presentará mañana Musa Dormida, una colección "que tenía pendiente" y para la cual se ha inspirado en las formas cilíndricas y ovaladas de la obra del escultor rumano Constantin Brancusi.

-¿Porqué elige esta relación entre arte y moda?

-Me apetecía hacer ese vínculo, sobre todo con la escultura, era algo que tenía pendiente conmigo misma. Además Brancusi es muy especial para mi, me transmite mucho, me inspira y me siento vinculada con toda su obra.

-¿De qué modo está presente la obra de Brancusi?

-A través de las líneas delicadas y sutiles que lo caracterizan. También con las tonalidades de los materiales con los que él trabajaba: el bronce, la madera o el mármol, mediante colores planos, ya que no empleo estampados. Espero que se reconozca su influencia, formas curvilíneas, redondas y limpias. Aplico su máxima de trabajar muchísimo una pieza para llegar a la sencillez. Sin duda, la escultura que da nombre a la colección estará presente a través del oro, mediante una colección de joyas que diseñé junto con Daniel Espinosa.

-¿Qué novedades representa esta colección respecto a las anteriores?

-La seda, que aparecerá en varias vertientes, mediante algodones, gasas y satén, es uno de los aspectos en los que cambia esta colección. Pero se marca la evolución, la diferencia en cuanto a la forma aunque nunca rompo de cero. También hay una evolución en la forma de trabajar el tejido y los volúmenes. En cada etapa descubres técnicas nuevas o recibes influencias vinculadas a tu vida y a tus experiencias. Cuando empecé tenía 23 años y el aprendizaje y la evolución han sido clarísimos, además el nivel de exigencia también cambia.

-¿Y algún elemento permanece constante en todas ellas?

-Mi esencia y mi estilo está presente en todas, pero se tiene que ver de manera cronológica. Si se ven todas si que se aprecia, pero si se ven la primera y la última las diferencias son muchas. Ha cambiado la perspectiva a la hora de elegir una temática, ahora son más profundas que antes.

-¿Afecta la crisis a la hora de crear nuevos diseños?

-A nivel empresarial se nota, pero a nivel creativo no se refleja en las pasarelas. En los años 30 la moda reflejaba la época difícil en la que se vivía, pero ahora no. En las pasarelas de todo el mundo se ve color, lujo y mucha creatividad, no aparecen ni tonalidades oscuras ni tejidos pobres.

-Brancusi fue autodidacta, ¿se puede decir lo mismo de usted como diseñadora?

-En ese aspecto no nos parecemos ya que yo tuve formación. Tampoco en la idea negativa que tenía él sobre relacionarse con los grandes de su gremio. Para mi aprovechar la influencia de otros diseñadores es algo que me beneficia y no me repercute a la hora de conservar mi estilo propio.

-Desde 2009 presenta sus colecciones en la antigua Cibeles. ¿Ya no impone?

-Siempre hay nervios, porque hay nuevas metas. Ahora la pasarela ha cambiado y al entrar en un círculo internacional te sientes con más responsabilidad.