Un equipo de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) ha descubierto el primer indicador que determina la longevidad de los mamíferos, que parece guardar una relación directa con la velocidad a la que se van acumulando telómeros cortos al final de los cromosomas. El estudio, liderado por la directora del CNIO, María Blasco, y cuyos resultados se han publicado en la edición online de la revista Cell Reports, abre la puerta a la posibilidad de estudiar el efecto real de hábitos como la dieta, el tabaco o el ejercicio en la velocidad de envejecimiento.

Los telómeros son unas secuencias repetitivas de ADN que se encuentran en los extremos de los cromosomas, que son los contenedores celulares de la información genética en los seres vivos. Actúan como "capuchones" que protegen el material genético ante cualquier agente que lo pueda dañar y comprometer las funciones de las células. En los estudios transversales se vio que los individuos con telómeros cortos tienen una probabilidad mayor de desarrollar enfermedades como el cáncer. Para determinar un método de predicción real de envejecimiento, los autores del presente trabajo han realizado estudios longitudinales (seguir a un individuos concretos en el tiempo). Después de recoger muestras periódicas de sangre a un mismo ratón constataron que aquellos que conseguían vivir mas tiempo no eran los que tenían telómeros más largos a una edad determinada, sino aquellos en los que el acortamiento a lo largo del tiempo era menor.