El año en el que El Padrino se llevó el Oscar a la mejor película, el nadador Mark Spitz hacía historia al alzarse con siete medallas en unos Juegos Olímpicos y TVE estrenaba el concurso Un, dos, tres, abría sus puertas la Residencia Sanitaria Juan Canalejo, ahora rebautizada en Hospital Universitario de A Coruña. Desde el mismo día de su inauguración -en agosto de 1972, a cargo de Francisco Franco-, el centro marcó la diferencia. Con una superficie de 50.000 metros cuadrados y unas 830 camas se convirtió en el mayor hospital de toda la comunidad. Cuatro décadas después, el centro puede presumir de haber acogido los primeros trasplantes de corazón e hígado de Galicia o de ser centro de referencia para tratar a hemofílicos o lesionados medulares de toda la comunidad. El hospital ya prepara un acto conmemorativo de su 40 aniversario. Como aperitivo, los 137 empleados que trabajan en el centro desde 1972 se realizarán mañana una fotografía conjunta.

Covadonga Lemos, enfermera del servicio de coordinación de trasplantes, es una de ellas. Asegura que tanto las infraestructuras como la forma de trabajar actual poco tienen que ver con lo de antaño. Hasta la apertura del antiguo Canalejo, el gran hospital coruñés era el actual Materno Infantil Teresa Herrera. "Tenía unas 250 camas y era de medicina general", indica Lemos, quien añade: "No había celadores, solo conserjes y la forma de esterilizar el material antes de entrar en quirófano, por ejemplo, no tenía nada que ver". La inauguración de la Residencia amplió los servicios sanitarios de toda la comarca. "El hospital -diseñado por el arquitecto José Marcide con un presupuesto de 135 millones de pesetas- se abrió con una parte de medicina general, un centro de traumatología y rehabilitación y el área de consultas externas", señala Lemos, quien añade: "Eramos pocos trabajadores y claro, la relación era más cercana".

Ahora el Complexo Hospitalario Universitario (Chuac) -del que forman parte el Abente y Lago, el Materno y el Marítimo de Oza- cuenta con más de 4.800 empleados, unas 1.440 camas y 30 quirófanos, según la Memoria de 2011. Pero las cifras aumentarán cuando finalice la Fase II del Plan Director del Chuac con el que se prevé multiplicar la superficie de urgencias, incrementar en un tercio el área destinada alta tecnología y aumentar en un 26% el número de quirófanos.

La incorporación del hospital al Servizo Galego de Saúde -hasta 1992 dependía del Insalud- y la informatización del historial clínico son, para Covadonga Lemos, dos momentos clave en la mejora de la asistencia a los pacientes. "Entrar en el Sergas supuso el inicio de programas específicos y de más investigación. Por su parte, el historial electrónico ha sido un avance tremendo. Facilita mucho el trabajo ya que los médicos del Sergas pueden tener acceso a la historia de un paciente, independientemente del hospital en el que ingrese", sostiene esta enfermera coruñesa.

La ampliación de medios se complementó con la aplicación de técnicas médicas pioneras. El Hospital de A Coruña se ha consolidado como un referente en trasplantes. Fue el centro que realizó la primera de estas intervenciones en Galicia -un trasplante renal en 1981- así como el primer trasplante de corazón (1991) o el hepático (1994). Además, en 1976 se practicó la primera separación de siamesas y en 2008 fue pionero en practicar una operación intrauterina o en extraer la vesícula por la vagina. Una experiencia que le ha llevado a ser referente a nivel estatal en varias áreas. "Somos centro de referencia en quemados críticos, trasplante de pulmón o traumatología infantil, entre otros", relata Covadonga.

A la hora de rememorar los momentos claves de estos 40 años de vida del hospital, Lemos no se olvida de las mejoras laborales del personal sanitario. "Un periodo muy importante para los trabajadores fue a finales de los 70, donde aparecen los sindicatos y se logran grandes mejoras", relata y añade: "También es importante recordar que la primera generación de médicos residentes no llegó hasta 1975 y que en el 72, el hospital contaba con una escuela de enfermería". La crisis hace que la actualidad no sea el mejor momento para los sanitarios, pero Lemos es optimista. "Vivimos una situación problemática, espero que la cosa mejore", indica y añade: "La administración ha jugado su papel, pero gran parte de los logros del hospital se deben a la profesionalidad de los trabajadores". "El hospital es nuestra obra, nuestro orgullo", sostiene.