El joven holandés Tim Ribberink, de 20 años, no pudo aguantar más las burlas y mofas en las redes sociales y se quitó la vida. Ayer fue enterrado mientras en su país, Holanda, reina la consternación por este suicido.

Los padres han sacudido el país con la esquela que dejó su propio hijo y agregan la carta de despedida que les escribió: "Queridos papá y mamá. Durante toda mi vida me han acosado, se han burlado de mí y me han aislado. Ustedes son fantásticos. Espero que no se enfaden. Adiós, Tim". Los padres del joven han pedido una investigación sobre el caso y reconocieron que sabían del acoso que su hijo sufrió en la escuela primaria, pero que estaban convencidos de que, tras esa fase, "se había hecho más fuerte". Sin embargo, desconocían que su hijo fuese acosado a través de internet también durante la Educación Secundaria y el inicio de sus estudios de Historia.