Más de cuarenta bandas de funk, boogaloo, afrobeat, neosoul o rhythm'n'blues con campo base en Barcelona han convertido la capital catalana en el epicentro del resurgir de la música negra en España, un fenómeno que hace tiempo que se cuece en otras ciudades europeas y que Amy Winehouse ha ayudado a extender.

The Excitements, The Slingshots, Los Fulanos, Cardova y The Black Beltrones son algunos de los grupos de música que han hecho de Barcelona "foco de la música negra en España", según Ferran Amado, impulsor de la Plataforma Blackcelona y uno de los responsables de la eclosión de esta nueva escena musical.

"El fenómeno se estaba cociendo hace tiempo -según Amado-, pero la eclosión ha sido reciente y es consecuencia de las ganas de las bandas de reivindicarse y del público de dignificar el género".

La Plataforma Blackcelona tiene contabilizadas cuarenta bandas de música negra en Barcelona, sin contar las que sólo interpretan versiones, una cifra que demuestra la vitalidad del género dentro de nuestra fronteras.

Fuera de ellas la moda llegó antes, con Amy Winehouse como cara visible de una corriente viva en los ambientes underground de Londres mucho antes de que muerte de la artista hiciera correr ríos de tinta.

Hasta ahora, las bandas barcelonesas que cocinaban su música al calor de los ritmos afroamericanos estaban obligadas al exilio musical, como el que ha vivido durante los últimos tres años The Excitement, que han paseado su rhythm'n'soul por toda Europa antes de encontrar un hueco en las salas españolas.

Pero las cosas están cambiando y el estilo retro de The Excitement ya llena salas en toda España, como demuestran sus recientes conciertos en Barcelona, Madrid, Murcia, Lleida y Bilbao.

"Barcelona tiene muchas bandas y pocas salas", ha lamentado Amado, que en su faceta de programador ha podido comprobar que "en Madrid hay más locales" que está favoreciendo en resurgir negro.

En Barcelona, los pioneros fueron La Fundación Tony Manero, que creó un nuevo público, y Slips, formación de funk y rap de los 90.

Con ellos, este viejo estilo musical tuvo una nueva forma, y tras ellos llegaron el latin funk de Electric Gozarela, el funk de Tirantlofunk, el soul-jazz de Vermouth Time, el soul-funk de JizzyFree, el afrobeat de Mampön, el funk de Marina BB Face & The Beatroots y el neosoul de Leila y de Sara Pi, entre otros.

El Marula Café, una sala de conciertos que abrió hace cuatro años en el corazón del Barrio Chino barcelonés, y el Café Royale, muy cerca del anterior, han ayudado a aglutinar a los amantes de la música negra.

También ha sido determinante en este resurgir el papel de locales clásicos, como el Harlem Jazz Club, que tiene sesiones de DJ de música negra todos los sábados, y el Jamboree, una sala de jazz abierta a nuevos estilos.

La fuerte tradición jazzística de Barcelona ha facilitado que las nuevas tendencias de la música negra hayan enraizado en la Ciudad Condal, según los responsables de estas salas.

La Plataforma Blackcelona, creada en septiembre del 2012, también ha ayudado a dinamitar esta nueva escena musical barcelonesa con festivales como el Blackcelona Explosion, que ofrece una cita en otoño y otra en primavera.

El Say It Loud, que se celebra en octubre, el 9 Barris in Black, en febrero, y el Mas i Mas Festival, en agosto, ofrecen a los aficionados a este género lugares de encuentro durante todo el año.

Un público "formado mayoritariamente por treintañeros que escuchan mucha música y que han comprobado que aquí también hay calidad", según Amado.

Blackcelona editó hace un año una recopilación de bandas de Barcelona y ya está preparando una segunda entrega porque "hay mucho material", según el portavoz de la Plataforma.

Lo mismo opinan los autores del documental "Groove BCN" que tiene previsto rodar una segunda parte en 2015 para dar espacio a las bandas que se quedaron en el tintero en la primera grabación.

Bandas que ya tienen su espacio en webs especializadas como soulspain.com, porque hoy en día para darse a conocer ya no hace falta esperar a que te descubran