Bogavante azul, pez de San Pedro, pollo de Bresse, queso y una omelette noruega de postre. Todo ello regado con cinco de los mejores vinos blancos de Francia. Esa es la propuesta del parisino restaurante Le Taillevent, que a 1.200 euros lo considera el menú más caro de Europa.

Se trata de una experiencia gastronómica excepcional de este dos estrellas Michelin y que aúna la alta cocina del chef Alain Solivérès con los mejores caldos blancos franceses.

No es fácil disfrutar de este menú que Le Taillevent propone desde el pasado 14 de octubre y hasta el próximo 10 de enero, y del que sólo han ofertado cinco mesas de diez comensales cada una.

Dos ya han sido servidas, otras dos están reservadas y la última está a disposición de los bolsillos más selectos, según explicó a Efe el director del restaurante, Jean-Marie Ancher, quien aseguró que el elevado precio se explica en gran parte porque las botellas que se sirven "son excepcionales y de las más caras" del mundo.

El protagonismo de los vinos se enmarca en la tradición de Le Taillavent, que cuenta con más de 3.000 referencias en su bodega y que se distingue desde su inauguración, en 1946, por buscar el maridaje perfecto entre los caldos y la cocina.

La iniciativa del restaurante, que perdió en 2007 la tercera estrella Michelin con la que fue reconocido durante 33 años, se inspira en el listado de vinos que elaboró en 1930 el periodista gastronómico Maurice Edmond Saillant, fundador de la Academia de los Gastrónomos y más conocido por su seudónimo Curnonsky (1872-1956).

Para el crítico, que era un cliente habitual de este restaurante, los mejores caldos eran los sauternes de Château d'Yquem, unos de los blancos más prestigiosos de Burdeos.

Junto a ellos, los Montrachet, de Borgoña; los Coulée de Serrant, del valle del Loira; los Château Grillet, del Ródano y los Château Chalon, en el Jura.