A mitad de semana comenté en Facebook que a partir de este domingo iba a escribir un artículo semanal sobre redes sociales y animé a mis amigos a que me sugiriesen temas. La respuesta fue muy buena y me dieron ideas para futuros artículos. Varios insistieron en que analizase el éxito de Podemos en internet. Así que ahí va.

Desde 2008 los políticos han aprendido que las redes sociales son imprescindibles en cualquier campaña electoral. Ese año, Barack Obama y su equipo dieron, en su primer asalto a la presidencia de EEUU, una lección de cómo hay que usar las herramientas 2.0.

En España intuyen que son importantes pero siguen sin saber utilizarlas. No todos. Podemos y su líder Pablo Iglesias han conseguido entender cómo funcionan.

La clave del éxito de la comunicación de Podemos ha sido saber colarse en el salón de casa y en los ordenadores de los españoles. En el salón, a través de la reiteradas apariciones de su líder en televisión, y en los ordenadores, a través de una muy activa y muy acertada campaña en Facebook y Twitter. En este último apartado no hay duda: si hubiese una votación tendrían mayoría absoluta.

Sus estrategas sabían que para poder influir en la sociedad debían estar presentes en la televisión y en las redes sociales. En la primera, porque, pese a la variedad de canales, sigue siendo un medio de masas, y en las segundas, porque ahí estaba una parte muy importante de su electorado. También en Facebook y Twitter tendrían el apoyo de sus seguidores y fans que ayudarían a expandir su mensaje. No hay que olvidar que las apariciones de Pablo Iglesias en las televisiones y las arengas que lanzaba circulaban como la pólvora por las redes instantes después.

Su campaña fue muy digital y barata. Tampoco tenían para más. Manejaban un presupuesto para todo de 120.000 euros. Su estrategia en redes sociales tenía cinco altavoces desde los que emitían su contenido: las cuentas de la formación en Facebook, Twitter y YouTube y las de su líder en Facebook y Twitter.

¿La ventaja de todas ellas? Que estar presente no cuesta dinero. En cambio, los anuncios en prensa y televisión, sí. Como ejemplo, los 90 vídeos que posee en YouTube han sido vistos 1,2 millones de veces y siempre gratis. ¿Cuánto les hubiera costado en televisión?

Es más, si hubiesen pagado a Youtube para anunciar sus vídeos, cada click les hubiese costado 10 céntimos. Así que para conseguir ese 1,2 millones de visualizaciones habrían tenido que invertir 120.000 euros. El mismo presupuesto que tenían para toda la campaña.

¿Y por qué han ganado las elecciones en las redes sociales? Porque han entendido de qué van y cómo funcionan. Saben cuál es el lenguaje que hay que utilizar y que no son un canal de publicidad más en el que los métodos tradicionales de marketing funcionan como lo hacían hace años.

Tanto Podemos como Pablo Iglesias han usado y usan Facebook y Twitter de forma natural. Con un lenguaje informal y sencillo, pero serio. Hablan a sus seguidores de forma directa, de persona a persona. Interactúan todo lo que pueden y usan la primera persona para dirigirse a ellos: "ven", "mira", "acude", "es tu turno", "si nos juntamos podemos"? Y con frases muy cortas y llamativas que funcionan muy bien en las redes sociales. Y mientras, la cuenta de Twitter de Miguel Arias Cañete sigue muda desde el pasado domingo y ya ha pasado una semana desde las elecciones.