Según Eduardo Santiago, O gran reino podría ser para la novela juvenil de mundos paralelos lo que El Quijote para las novelas de caballerías en el sentido de que la obra ganadora del Merlín es la reacción de Santiago al boom que este tipo de novela tuvo a principios de este siglo y que terminó haciendo que sus hijas creyesen que estaban leyendo la misma historia pero con personajes diferentes, explica el escritor.

-La novela está protagonizada por Gala, una adolescente con bastantes problemas...

-Gala tiene catorce años y es una chica muy inteligente, a quien el mundo real le desborda por lo que decide construir otro mundo paralelo, hasta llegar a confundir realidad con ficción.

-¿Cómo surge la historia?

-Es una respuesta al boom que hubo hace siete años de las novelas juveniles de mundos paralelos que siguieron al éxito de Harry Potter, que no es que no me gusten, pero hubo un momento en que empezaron a salir libros y al final era siempre la misma historia con distintos personajes. Mis hijas leían estas novelas y llegaron a aburrirse de ellas. Raquel, que entonces tenía 15 años, es quien me puso sobre aviso. De hecho, los personajes que aparecen en O gran reino los imaginó ella, que es quien ha hecho también los dibujos. Vi el paralelismo entre lo que pasó en el siglo XVI con las novelas de caballerías y lo que estaba pasando en este con este tipo de literatura: el sinsentido de meterte en un mundo en que todos los libros eran el mismo libro.

-Ante el rechazo de sus amigas, Gala se refugia en la lectura. ¿Un joven no se refugiaría más bien en internet y en los videojuegos?

-La culpa de que no se lea no es de internet ni de los videojuegos, sino del sistema educativo, que está fuera de la realidad. La literatura tendría que estar basada en escribir y en leer, y no en memorizar fechas y títulos.

-¿No son las nuevas tecnologías las grandes rivales de la literatura?

-No. Creo que pueden convivir tranquilamente y que muchos jugadores de videojuegos son también grandes lectores. Un libro tiene que tener algo que enganche al joven, y un videojuego igual.

-Dice que tardó siete años en escribir este libro, ¿por qué?

-A mi hija no le convencía el final, lo dejé reposar. Hice otras cosas hasta que se me ocurrió un final más acertado.