Son cerdos, pero saben abrir y cerrar cajones, recoger la pelota que le tira un humano y se han convertido en una original herramienta para trabajar el área cognitiva de personas mayores con alguna demencia o alzhéimer. La asociación Dar es vida, que acaba de abrir una sede en A Coruña, es pionera a nivel estatal en el uso de cerdos vietnamitas y minipigs para fines terapéuticos. "Tienen un cerebro muy similar al humano y en cuestión de solo 20 días ya obedecen a las órdenes", señala el vicepresidente de esta asociación, el coruñés Fernando Asende.

Desde la asociación utilizan a estos animales para terapia en centros de mayores u hospitales con niños ingresados. "Sirven muy bien para terapia cognitiva porque llaman la atención, cumplen órdenes, se suben encima de los pacientes, pero no pueden compararse a un perro de asistencia", sostiene Asende, quien explica que los canes tienen un proceso de formación que lleva seis meses. Eso sí, tras este periodo no solo ayudan a las tareas diarias que precise el paciente sino que están capacitados para, en el caso de que sufran un desvanecimiento o una crisis, "arrastrarlos hasta una zona donde haya gente, llamar al timbre del vecino, etc...".

La asociación, cuya sede principal se encuentra en Palma de Mallorca, ya trabaja en la formación de dos cerdos vietnamitas para que puedan realizar terapia en Galicia y busca financiación para poder formar a dos perros para pacientes coruñeses.