El portavoz oficial del Vaticano, Federico Lombardi, precisó ayer que en ningún momento el Papa pretendió justificar la violencia al comentar que "si alguien dice una palabrota sobre mi madre, puede esperarse un puñetazo".

El Pontífice hizo estas declaraciones en el avión dirección a Manila tras preguntas de periodistas sobre si hay límites en la libertad de expresión. "Evidentemente, no es que el Papa quisiera decir que justifica la violencia. Hablaba de una reacción espontánea que se puede sentir cuando es ofendido profundamente", comentó ayer Lombardi.

En este sentido, explicó que el Papa usó simplemente un "ejemplo sencillo" para hacer entender que uno se ofende cuando se dicen las cosas "que le tocan muy profundamente y esto lo puede sentir también un creyente cuando se ofende la fe". "Ha puesto el ejemplo más clásico del mundo, que nos viene a la mente a todos nosotros, cuando hablan de nuestra madre", señaló.

"Hay que tener esto en cuenta: que en una convivencia los derechos tienen que ser respetados, pero esto es obvio", agregó ayer Lombardi.