Ramiro Calvo, canónigo de la Catedral, aseguró durante su comparecencia de esta mañana ante el tribunal de la Audiencia Provincial que juzga el robo del Códice Calixtino que tenía "buena relación" con el principal acusado de la sustracción de la obra del siglo XII.

La letrada de Castiñeiras, Carmen Ventoso, le pidió que identificase su firma en varias facturas por trabajos en la catedral del exelectricista en el año 2003, alguna de más de dos mil euros, y el canónigo explicó que el extrabajador solía practicar el mantenimiento de las instalaciones de la catedral de "motu propio" y que luego informaba a los canónigos que daban el visto bueno a su factura. Calvo explicó que si veía "alguna deficiencia, la subsanaba", además de los propios encargos que le realizaban desde el Cabildo.

El reconocimiento de facturas provocó disensiones entre la letrada y el presidente de la sala ya que en algún caso Ventoso no pudo aportar originales. No obstante, Calvo admitió que su firma era la que figuraba al pie de varios de los documentos mostrados.

El que es canónigo de la catedral de Santiago y miembro del actual Cabildo fue el primero en declarar en la sexta jornada de la vista por la sustracción del manuscrito, jornada recortada ya que los testigos previstos inicialmente se redujeron a la tercera parte, de doce a cuatro, porque la defensa renunció a la mayoría. Los testimonios que quedan desde ahora hasta el final son todos a petición de la defensa.

Por lo que respecta a Manuel Ferreiro, rector del Seminario, aseguró que no firmó "ningún contrato" con Castiñeiras. A lo largo de la mañana está previsto también que declare el canónigo, ya emérito, Alejandro Barral, que fue director del Museo de la catedral y delegado de arte del Cabildo. Asimismo comparecerá Ramón Izquierdo, director del museo catedralicio en la actualidad.