Mientras miles de personas llenaban el centro histórico de Santiago en defensa del gallego, desde la Festa do Cocido de Lalín el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se sacudía las responsabilidades que le atribuían los manifestantes en el retroceso de la lengua. El jefe del Ejecutivo gallego admite que le inquieta la caída de gallego-hablantes pero recalca que esto sucede "fuera de las aulas". "Y por eso nos preocupa, porque es más difícil de arreglar", reconoció. De hecho, el uso del gallego, a juicio del presidente de la Xunta, no experimentó una caída en las aulas. "Queda acreditado que hay conocimiento de gallego en condiciones de igualdad", remarcó en relación al empleo de la lengua gallega en la enseñanza, en comparación con el castellano.

Feijóo animó a los ciudadanos y empresarios a emplear el gallego, una lengua que "conecta" a Galicia con la lusofonía. El titular del Ejecutivo gallego explicó que la Xunta está "ocupada" en ver cómo "disminuir" la "caída" del gallego. "Tenemos un compromiso con la lengua", defendió el titular del Ejecutivo gallego, quien asegura que el uso del idioma está "garantizado" en la enseñanza" y seguirá "estando blindado" mientras gobierne el PP.