Si no pagas por el producto es que el producto eres tú. Esta máxima la debemos tener siempre en cuenta cuando utilicemos alguno de los servicios y/o productos que nos ofrece Google. Por cierto, la inmensa mayoría de ellos, gratis. Tiene tantos que creo que ni ellos mismos saben la cantidad exacta. He parado de contar cuando he llegado al centenar.

Desde que Larry Page y Sergey Brin presentaron Google en septiembre de 1998 han ido sacando todos los años nuevos recursos gratis que -tampoco vamos a negarlo- nos hacen la vida un poco más fácil en internet.

Su principal producto es el buscador, al que acudimos prácticamente todos. Para alimentarlo posee, según la Wikipedia, más de un millón de servidores y centros de datos repartidos por todo el mundo. Tal es el poder que tiene -en España posee el 98% del pastel de las búsquedas- que aún hay muchos internautas que creen que la puerta de entrada a internet es el buscador de Google y otros muchos, entre los que me incluyo, lo tienen como página de inicio cuando abren su navegador. Google es para cientos de millones de personas sinónimo de internet.

Pero no solo se pueden buscar textos, también imágenes, a través de Google Imágenes, o solo hacerlo en blogs con Google Blog Search, o solo en publicaciones escolares con Scholar Google, o solo libros con Google Books, o solo noticias sobre economía gracias a Google Finance. En fin, hay para todos los gustos.

De Google también es YouTube, el servicio líder mundial de vídeos y el segundo buscador más utilizado; Google Calendar, que nos ayuda a tener todas nuestras citas ordenadas, en el mismo sitio y de forma online; Google Maps, para no perdernos por el mundo y que funciona como un navegador o Google Street View, para ver cualquier lugar del mundo a pie de calle.

Y por supuesto Gmail, el correo electrónico líder del mercado del que no hace muchos años parecía de pobres tener una cuenta allí, y ahora da hasta cierto glamour poseer un correo que acabe en gmail.com.

Pero no hay que olvidarse de otros servicios más minoritarios, y también gratuitos, como Google Alerts que nos envía notificaciones de palabras que previamente hayamos escogido; Google Docs, con el que podemos crear y compartir documentos online, o Google Drive, el servicio de almacenamiento en la nube que hasta el próximo martes ofrece gratis 2 gigas más de memoria a los usuarios que revisen la seguridad de su cuenta.

Google tiene hasta su propia red social, Google+, que intentó hacerle la competencia a Facebook y se quedó en eso, en intento; su propio navegador, Chrome, que este sí que posee el monopolio, cada vez se usa más y hace tiempo que superó a Internet Explorer, o su plataforma para crear blogs, Blogger. Eso sí, a años de luz de WordPress.

O Google Analytics, que para los que tenemos un blog es im-pres-cin-di-ble para saber cuántas visitas nos llegan, de dónde, a qué hora, a través de qué páginas e infinidad de datos más sobre cómo se comportan los visitantes en la web.

Y todo ello lo tenemos sin gastar un céntimo. Si hasta recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2008 por "por poner de forma instantánea y selectiva al alcance de millones de personas el canal de internet y por favorecer el acceso generalizado al conocimiento". Lo dicho. Si no pagas por el producto es que el producto eres tú. Google ganó el año pasado 12.600 millones de euros, gracias, sobre todo, a la publicidad.