"Tengo 37 años, estoy soltero y no me interesa para nada el sexo. Simplemente, no me hace. Lo intenté varias veces, unas por aquí y otras por allí; en todas las ocasiones la cosa me salió muy mal, así que opté por ignorar ese tema. Por lo demás, vivo sin trauma alguno y tan feliz de la vida. Bueno, es cierto que la sociedad te hostiga, pero yo paso de todo. Una vez traté este asunto con una psicóloga y me dijo que se podía vivir perfectamente sin sexo, que no pasaba nada", explica un joven madrileño en un portal de internet dirigido al colectivo asexual.

Y es que es precisamente la Red, y sobre todo sus foros y comunidades, donde los asexuales se refugian y se relacionan con otras personas con sus mismas dudas e inquietudes. Porque, aún sin experimentar atracción sexual, sí pueden sentir atracción romántica, llegar a enamorarse y desear mantener una relación afectiva como cualquier otra pareja "normal".

"Nunca estuve interesado en el placer carnal, nunca tuve novia, y por supuesto, nunca tuve relaciones sexuales. Me apasiona estudiar y encontré en la Universidad un ambiente gratificante y enriquecedor, en contraposición con el desagradable estilo de vida de la juventud moderna, estimulada negativamente con la pornografía y el desenfreno sexual", explica en el mismo portal otro joven de 29 años. "Para mí ha sido un gran consuelo encontrar este foro, ya que hace que me sienta menos sola y menos rara. Siempre he sido tirando a fría, exceptuado con un par de parejas o tres, y a raíz de un desagradable incidente y de una depresión, creo que ha pasado a formar parte de este colectivo", apunta otra forera.

Aunque aún sean pocas las personas que admiten abiertamente su asexualidad, testimonios como éstos dejan constancia de que cada vez son más los que se sienten liberados y dispuestos a salir del armario de la asexualidad.

Aunque el principal problema del desconocimiento de la asexualidad es su falta de visibilidad, sí ha estado presente, aunque de forma tímida e intermitente, en el cine y la literatura.

Uno de los libros más exitosos sobre asexualidad es la novela L'Envie, de la periodista francesa Sophie Fontanel, que en 2013 había vendido más de 150.000 ejemplares. Diario de un asexual, de Lucía Lietsi, y Asexualidad, ¿se puede vivir sin sexo, de Javier León Gómez, también han tenido un importante tirón.

Clara, uno de los personajes de la novela de Isabel Allende La casa de los espíritus, parece ser asexual, ya que carece de cualquier tipo de interés por el sexo y afirma que el coito sólo le provoca dolor de huesos. También Remedios, personaje de la novela Cien años de soledad, del premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, responde al perfil de asexual. Viene la noche, de Óscar Esquivia, está centrada en una pareja casada que renuncia al sexo. Y en Muerte entre poetas, de Ángela Vallvey, uno de los personajes declara abiertamente su asexualidad.

En el cine también se ha retratado esta tendencia. Uno de los ejemplos más recientes es el filme Nymphomaniac (2013), de Lars von Trier, centrado en una mujer hipersexual: el personaje que la rescata, Seligman, es asexual.