En apenas unos meses, la vida de Kautar Lakra ha dado un vuelco espectacular. Al borde de un desahucio, sin trabajo, con su marido también desempleado y con un niño de 3 años, la situación de esta joven, de solo 22, y su familia era realmente complicada. "Estábamos al límite por el tema del desahucio y una amiga me recomendó ir a Cruz Roja para ver si nos podían ayudar. Fue entonces cuando una de las técnicos de la organización me habló del Plan de Empleo y me planteó la posibilidad de hacer un curso con prácticas en empresa para tratar de encontrar trabajo porque, aunque llevaba mucho tiempo buscando, no me salía nada", explica.

La joven inició así su camino hacia la reinserción laboral. "Con anterioridad había trabajado como limpiadora y cuidando a personas mayores en su domicilio, pero mi sueño siempre había sido trabajar como dependienta. Sin embargo, en todos los establecimientos a los que me dirigía me pedían experiencia", apunta Kautar. "En Cruz Roja realicé un curso y ya durante la formación, uno de los profesores vio buenas aptitudes en mí y me ofreció la oportunidad de realizar las prácticas en una de sus perfumerías, y no me lo pensé. Desde entonces estoy trabajando en ese establecimiento (de la firma Garrote), y ya me han avanzado que me van a hacer otro contrato de seis meses, así que estoy encantada, porque tengo el trabajo que siempre había soñado y estoy sacando adelante a mi familia", destaca.

Reincorporarse al mercado laboral ha supuesto un balón de oxígeno para su familia y ha animado a esta joven a seguir formándose, de manera que ya planea sacarse el título de Bachillerato. Por eso aconseja a otras personas en situación de vulnerabilidad que se pasen por Cruz Roja porque "allí les pueden ayudar". "A mí me han cambiado la vida", subraya.