Angelina Jolie puso el foco de atención mundial sobre el cáncer de ovario el pasado 25 de marzo, al anunciar que se había sometido a una cirugía preventiva de retirada de ovarios y trompas de Falopio para minimizar el riesgo de padecer la enfermedad. La actriz norteamericana es portadora de la mutación del gen BRCA1, que junto con la del BRCA2, dispara entre un 30 y un 60% las posibilidades de desarrollar esa patología, la misma que sesgó la vida de su madre -la productora y actriz Marcheline Bertrand-, su tía y su abuela. Y, como hiciera la primera vez que se operó hace dos años sometiéndose a una doble mastectomía -extirpación de ambos senos-, la intérprete decidió hacerlo público a través de un artículo publicado en el diario The New York Times, para que "otras mujeres en riesgo conozcan las opciones que hay". La protagonista de títulos como Sr. y Sra. Smith, El intercambio o Maléfica aseguró que la extirpación de ovarios es "menos compleja que la mastectomía", pero tiene efectos "más severos", ya que supone una "menopausia forzada".

La actriz se convirtió, entonces, en un ejemplo para muchas mujeres, al hablar abiertamente y con total naturalidad de una enfermedad que mediáticamente se ve eclipsada por otras patologías más frecuentes, como el cáncer de mama. "El caso de Angelina Jolie está ayudando a despertar la conciencia social de la existencia del cáncer de ovario", reconoce Paz Ferrero, presidenta de la Asociación de Afectados por el Cáncer de Ovario (Asaco), quien destaca que cuando una persona popular declara una decisión tan personal, y pasa al dominio público, "la situación se normaliza hasta el punto que los enfermos se despojan de tabúes y empiezan a hablar de ello fuera del entorno médico".

"Podríamos decir que Jolie se ha convertido en embajadora de los BRCA", señala Ferrero, quien reconoce que en la actualidad hay terapias dirigidas para abordar el cáncer de ovario si se detecta que el origen está en la mutación de ese gen. Por ello, insiste en que "todas las mujeres con cáncer de ovario deberían ser sometidas a un estudio genético para poder dirigir mejor" el tratamiento.