Puede ser que no lo percibas aunque te esté matando. Estamos acostumbrados a correr, a vivir muy rápido, a no tener tiempo para nosotros mismos? y eso pasa factura. Normalmente achacamos nuestro cansancio al trabajo y no nos centramos en lo que de verdad nos está pasando? aunque cada vez son más los que acuden al médico para consultarle ciertas cosas inexplicables que les ocurren.

Pensando en el trabajo podemos indicar que entre los más estresantes se sitúan algunos como militar, policía, juez, piloto, bombero, periodista, etc. Y los que menos estrés generan serían: sastres, bibliotecarios, peluqueros, etc. No es una clasificación que pueda defenderse sin más, sino el resultado de un estudio realizado utilizando un grupo amplio de población. Los expertos señalan que no es el trabajo lo que nos estresa, sino la manera de enfrentarnos a él. Y todos conocemos a peluqueros estresados o a bomberos muy tranquilos.

También la contaminación ambiental ha pasado a relacionarse con el estrés que padecemos. Se cree que las partículas contaminantes del aire (monóxido de carbono, dióxido de azufre, etc.) pueden causar ansiedad. No está clara la relación exacta pero sí se ha comprobado que quienes viven en la ciudad, presentan niveles más altos de ansiedad que se reducen cuando salimos de ella y nos integramos en el medio natural.

El ruido que soportamos o mirar las pantallas continuamente también provoca estrés. Todos nos sentimos mejor cuando dejamos de escuchar sonidos estridentes o apagamos el ordenador porque constituyen un ataque constante a nuestros sentidos. Cada vez más los jóvenes (y los niños) padecen esta situación. Sufren ansiedad al conectarse a Instagram, Facebook, etc. y debemos limitar el tiempo que dedican a estas actividades.

Vivir demasiado deprisa y padecer estrés te mata. Son muchos los trastornos psicosomáticos relacionados con el estrés: eczemas, dermatitis, depresión, fibromialgia, insomnio, demencia, etc. También dificulta la atención y la memoria. Y hay otros que no suelen relacionarse con él, pero que también pueden presentarse en personas estresadas. Podemos destacar:

-Dolor de cabeza el fin de semana. El estrés puede desencadenar migrañas. Se deben controlar los horarios de sueño y comidas manteniendo en lo posible el que sigues durante la semana.

-Sueños raros. Lo normal es que nos despertemos de mejor humor que cuando nos acostamos, pero cuando estamos estresados el proceso se altera, nos despertamos varias veces durante la noche y sufrimos pesadillas. Levantarte más cansado que cuando te acuestas indica que no descansas adecuadamente.

-Encías sangrantes. Si vives con estrés, tienes mayor riesgo de padecer enfermedad periodontal. Los elevados niveles de cortisol que se generan en el organismo debilitan tu sistema inmunológico, lo que permite a las bacterias invadir e infectar las encías.

-Dolor de estómago. Es frecuente que percibas ardor de estómago, malas digestiones, flatulencia, etc. que no suele asociarse a la ansiedad pero que, en muchas ocasiones, es un síntoma de que tus niveles de estrés son altos.

-Dolor de espalda. Especialmente cervical y lumbar se asocia directamente a las contracturas musculares que la tensión causa. Los nervios provocan malas posturas, problemas articulares, etc. y lo mejor es ejercitar nuestro cuerpo para reducirlos.

-Dolor en la cara. Si sufres tensión nerviosa, es fácil que "muerdas" en todo momento, especialmente por la noche. Notarás dolor en la mandíbula, los dientes, la cara, el cuello, etc. debido a la fuerza con la que aprietas tu boca y rechinas los dientes.

Todas estas sensaciones se relacionan con la actividad de nuestro cerebro, que es el que controla el organismo y permite que funcione todo correctamente. Su secreto es la combinación de neurotransmisores, especialmente dopamina, serotonina y acetilcolina.

Si no tenemos dopamina, nos agotamos, aumenta nuestro peso, sufrimos estrés y no podemos dormir. Necesitas ingerir aminoácidos, especialmente fenilalanina (aves, huevos, lácteos) y tirosina (también en trigo y avena). Puedes plantearte consumir gingko biloba bajo control médico y dejar de fumar porque el cadmio la destruye.

La carencia de acetilcolina reduce nuestra capacidad cerebral, aumenta la ansiedad y causa dolores musculares y articulares. Puedes contrarrestarlo tomando colina (yemas de huevo, carne y cereales) o ginseng bajo control médico y evitar el consumo de alimentos fritos y grasas y reducir el estrés.

La serotonina nos proporciona la energía que necesitamos en momentos extras. Si notas un nudo en la garganta, temblores, apatía, hormigueo, etc. es que no tienes la suficiente cantidad. Consume alimentos con triptófano (como el aguacate, el plátano o el muesli) y zinc (en el marisco).

Cuida tu dieta, cambia tus hábitos, consulta a tu médico y vive más tranquilo. Tu salud te lo agradecerá y muchos de los síntomas que padeces desaparecerán.