Se acaban las clases y los niños estarán en casa todo el día. Un cambio radical para todos: padres, abuelos, primos, cuidadores, etc. Los niños se encuentran con mucho tiempo libre y, normalmente, no saben qué hacer. Las opciones a las que recurren con mayor frecuencia incluyen ver la tele o jugar con máquinas electrónicas. Este exceso de sedentarismo debe ser controlado por los adultos y aprovechar el momento para que realicen nuevas actividades que supongan "quemar calorías" y establecer relaciones con niños nuevos lejos del lugar habitual.

Y los adultos? desbordados por la falta de tiempo y la necesidad de mantenerles ocupados y entretenidos. La situación genera mucha tensión a los encargados de su cuidado y debemos evitar la ansiedad que provoca pensar en un largo verano "sin nada que hacer". No debe verse así. Los niños han trabajado durante el curso y es el momento de descansar y cambiar su rutina. Son muchas las actividades interesantes que pueden desarrollar y, aunque dudes y duden, al final se divertirán y aprenderán. Apúntalos.

También es el momento de controlar su alimentación y mejorarla en los puntos que consideremos necesario hacerlo. Las tasas de obesidad infantil aumentan de manera alarmante y acabarán siendo un problema de salud en el futuro. Debemos prevenirlo desde la infancia, pues se empiezan a ver en los niños patologías propias de adultos (hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, etc.), que llegan a ser graves y les acompañarán a lo largo de su vida.

El pediatra es el más adecuado para explicarte si su crecimiento se adapta a las tablas antropométricas, se alimenta adecuadamente o debes modificar algo. Puede darte las pautas idóneas, pues conoce a la perfección el historial de tu hijo y, si observas algún comportamiento extraño o piensas que es demasiado sedentario o come inadecuadamente, plantéaselo.

Prevenir la obesidad es una tarea que puedes iniciar aprovechando el fin de curso y el comienzo de unas largas vacaciones. Iniciar una nueva etapa o reforzar lo que ya hacíais, buscando nuevas formas de comer y otras actividades lúdicas que supongan ejercicio resulta muy conveniente. Sería recomendable:

-Planificar los menús entre todos, ir a la compra, cocinar, poner la mesa y sentarse (sin la televisión) para disfrutar de la comida y la conversación. Puedes hacerlo si adaptas el horario y conviertes la cena en ese momento familiar.

-Explicarle las ventajas de comer sano. Así le será más fácil hacerlo.

-Comer de todo sin excluir alimentos porque "no nos gustan". Es fundamental acostumbrarse a los distintos sabores desde pequeños. Si algo no gusta, se come menos pero se come; así evitarás carencias nutricionales.

-Reducir sal, grasa y azúcares de la dieta. Utiliza sal yodada para prevenir problemas de tiroides; evita las grasas animales (embutidos, mantequilla, etc.) y limita el consumo de chucherías (sus dientes lo agradecerán).

-Consumir frutas y verduras de temporada para aprovechar todas sus ventajas, cinco raciones diarias repartidas como te resulte más cómodo.

-Utilizar en su dieta diaria cereales (mejor integrales y sin azúcares añadidos), patatas y legumbres. Son una buena fuente de energía, pero no pueden excluir el consumo de otros nutrientes imprescindibles (proteínas, fibra, vitaminas, etc.). No olvides los lácteos, fundamentales para el adecuado desarrollo de sus huesos.

-No guardar en la despensa productos poco saludables. Si contiene gusanitos, patatas fritas, chocolate, etc., al niño le será muy difícil resistirse a tomarlos. No deben ser consumidos habitualmente; son solo para ocasiones especiales.

-Plantear un desayuno completo que incluya cereales, lácteos y fruta. Aprovechad el fin de semana y las vacaciones para disfrutarlo.

-Beber agua en vez de refrescos, zumos azucarados, etc. Puede tomar leche y zumos naturales, pero no excluir el agua.

-Hacer ejercicio adaptado a su edad. Se recomienda una hora diaria de actividad física moderada: patinar, nadar, jugar al baloncesto, bailar, etc. Si le acompañas, también mejorará tu estado físico.

-Elegir actividades que le motiven. Hay muchos campamentos organizados que pueden interesarle. Acudir no es un sacrificio; es un premio, para aprender cosas nuevas y para que disfrute de sus merecidas vacaciones.

-Apagar la televisión, el ordenador? Puede dedicarles un rato diario, pero no convertirse en su único ocio.

En la infancia y adolescencia se adquieren "los gustos" y, si adoptan comportamientos perjudiciales, será muy difícil modificarlos en el futuro. Anímales a hacer deporte, comer sano, disfrutar de los espacios exteriores, del silencio al apagar la televisión, etc. ¡Es bueno para todos!