Los estudios realizados por el grupo de identificaciones se han centrado en la regeneración de los huesos del cráneo. Los expertos confían en poder expandirlos al tejido óseo del resto del cuerpo. "Por el momento las aplicaciones de estos implantes son para huesos del cráneo, que son más finos, pero si conseguimos mejorar las propiedades mecánicas se pueden extender a cualquier parte del cuerpo". Su actuación es muy simple.. Se pretende que el implante actúe como una especie de cicatriz. El problema es que, al igual que con cualquier otro implante, puede ser rechazado por el cuerpo. Si no pasa esto, podemos olvidarnos de que tenemos un implante, ya que al ser absorbido por el tejido óseo, terminará convirtiéndose en hueso. "Es como si de una herida se tratase, si cicatriza bien no habrá que vigilar el implante nunca más porque ya será parte del propio hueso", comentaban los investigadores de la Universidad de Vigo.