Son muchos los que en esta época estival aprovechan al máximo las horas de sol para coger bronceado. Pero esta práctica, que puede resultar muy beneficiosa para la salud, también necesita de ciertas prevenciones para evitar consecuencias a largo plazo. "Hay que aprender a disfrutar del sol de una manera lo más correcta posible. No hay más que fijarse en la gente que trabaja al aire libre, en el campo, en la construcción o los marineros, personas que pasan muchas horas expuestas al sol y que experimentan los efectos perjudiciales de la radiación en la cara, los brazos... zonas en las que puede aparecer algún tipo de cáncer", advierte Dolores Sánchez-Aguilar, especialista del Servicio de Dermatología del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS).

El cáncer de piel es el más frecuente que existe, sobre todo en adultos jóvenes, con edades comprendidas entre los 25 y los 29 años, y el segundo tipo de tumor con mayor prevalencia en pacientes de 15 a 29 años, después de los linfomas. Galicia -con una media de una muerte cada cinco días a causa de este tumor- es la quinta comunidad con más víctimas del melanoma y la cuarta en la que más subió la mortalidad en los últimos doce meses. La provincia de A Coruña, con 27 casos, concentra cuatro de cada diez muertes que se registran en la comunidad.

"Hasta principios del siglo XX no estaba de moda ponerse moreno, al contrario, estar así era un horror porque significaba que trabajabas en el campo. Pero después de la II Guerra Mundial, con el hecho de disponer de vacaciones, de tiempo libre y el aumento de los recursos económicos, pasó a representar la pertenencia a un buen estatus social. Pero se hacía de manera incontrolada, no se conocían todos los efectos perjudiciales y ahora probablemente estamos pagando estos malos hábitos", comenta la dermatóloga.

Para lograr una buena protección y gozar de los efectos beneficiosos del sol -"ayuda a la síntesis de vitamina D, a la absorción del calcio y hace que los huesos estén más fuertes", explica la doctora Sánchez-Aguilar- es fundamental tener en cuenta el fototipo de piel. "Las personas que tienen el pelo rubio, los ojos claros y la piel muy blanca van a necesitar un mayor índice de protección solar que aquellas que son de tez más morena y de ojos y cabello más oscuros. Una persona que tiene muchos problemas porque se quema con el sol, que no llega nunca a ponerse morena o que tiene una enfermedad dermatológica necesitará un fotoprotector de un índice de 50. A los que tienen una tez más morena, les llega con una fotoprotección de entre 20 y 30", apunta la especialista del CHUS.

Esta dermatóloga insiste en que "hay que ser generosos" a la hora de echarse el protector solar. "Si nos ponemos muy poca cantidad y no lo extendemos bien, no vamos a conseguir que nos aporte la protección adecuada. Con lo cual esa gente que compra un fotoprotector, le dura todo el año o todo el verano y aún le queda para el siguiente, probablemente no lo haya utilizado de manera correcta y tenga una falsa sensación de protección", advierte.

Aplicar la crema media hora antes de exponerse al sol -nunca entre las 12.00 y las 16.00 horas-, utilizar una cantidad similar a la que entra en el pulpejo de un dedo y extenderlo en una zona que cubra aproximadamente una palma de la mano; esperar unos minutos antes de vestirse; y volver a aplicarlo una vez se llegue al lugar indicado, son algunos consejos que, según la dermatóloga del CHUS, ayudan a tener una correcta protección frente a los rayos uva.

Los niños son un grupo de riego en el que hay que poner especial atención. "Los menores de tres años no deben estar expuestos directamente al sol, aunque se pueden ir a bañar pero siempre con un gorro puesto y a lo mejor una camiseta, que incluso ahora las hay que llevan fotoprotector incorporado", apunta Sánchez-Aguilar. La doctora señala que "la piel tiene memoria" y "la mayor parte de la radiación solar se acumula antes de los 18 años" por lo que es necesario que "al igual que a nuestros hijos les inculcamos buenos hábitos a la hora de estar sentados en una mesa, lavarse las manos antes de comer, los dientes? tenemos que acostumbrarles a que el sol está muy bien pero que es imprescindible protegerse".

Las mujeres embarazadas deben prestar especial cuidado también a la hora de exponerse a los rayos UV, debido a que, como señala la dermatóloga, "muchas veces con el embarazo los factores hormonales y la exposición al sol van a favorecer que aparezcan unas manchas denominadas melasmas, pero comúnmente conocidas como paño".

La playa no es el único lugar donde nuestra piel está expuesta a sufrir quemaduras. "Cuando se da un paseo, se juega un partido de fútbol o se practica cualquier otra actividad al aire libre, es preciso aplicarnos también fotopretector, algo que mucha gente olvida", apunta Sánchez-Aguilar. Cuando se dan otros factores como sudar mucho o un baño en el mar o la piscina -aunque haya muchos fotoprotectores que permanecen con el agua- "es conveniente secarse y volver a aplicar el fotoprotector porque probablemente la mayor parte de la protección la hayamos perdido".

Son muchas las leyendas populares a cerca de cómo ponerse moreno en menos tiempo o con mayor facilidad, pero todas ellas con desaconsejables. "Ponerse moreno es un mecanismo de defensa de nuestro organismo. La gente que, por ejemplo, antes de ir a la playa se va a dar rayos UV, está aumentando el riesgo de experimentar un problema en la piel porque se sigue exponiendo a una parte de la radiación que tiene un efecto cancerígeno, por lo que está totalmente contraindicado", alerta la dermatólogo. Los cosméticos, como maquillajes, desodorantes o colonias, pueden dañar también la piel ya que "interaccionan con la luz solar y pueden provocar algunas reacciones fototóxicas o alérgicas o hiperpigmentaciones irreversibles", advierte Sánchez-Aguilar.

A pesar del aumento de los casos de cáncer de piel, la doctora Sánchez-Aguilar reconoce que la gente "está más concienciada que antes". "Nosotros vemos muchos tipos de tumores cutáneos pero cuando la gente viene a la consulta sí que dice utilizar fotoprotector y reconocen que antes se quemaban por no usarlo", señala la doctora, quien apunta a que "los efectos de esta concienciación no van a ser inmediatos, sino que los veremos dentro de unos años cuando a lo mejor podamos observar que esta incidencia al cáncer de piel se establezca e incluso disminuya".

La experta advierte: "Cuando tengamos un lunar o una mancha que de repente cambia de tamaño, de forma, de color, que pica o que sangra, debemos acudir inmediatamente al dermatólogo", en especial aquellas personas que tienen muchos lunares -más de 50-, o que tengan antecedentes familiares de melanoma.