Una mujer de 65 años, que padecía una grave patología hepática, murió ayer en la Unidad de Cuidados Intensivos del Álvaro Cunqueiro, el nuevo hospital de Vigo, poco después de las 10 de la mañana. Los análisis realizados arrojaron un resultado positivo para aspergillus. Pereció por un fallo multiorgánico y se desconoce si el hongo fue la causa. El Sergas desmiente "categóricamente" que ningún paciente fallecido estuviese "infectado" por un aspergillus adquirido en el nuevo hospital. Lanza un mensaje de tranquilidad a la población y garantiza la seguridad medioambiental de todas las zonas operativas en el complejo de Beade, donde están ingresados alrededor de 250 pacientes. Tras la defunción de la mujer -la única ocupante de la UCI ayer- el Sergas dio la orden de no ingresar a más pacientes en esta unidad.

La mujer fallecida ayer en la UCI del Álvaro Cunqueiro presentaba un cuadro clínico muy complejo. Ya había sido intervenida por neurocirugía este verano, tras lo que permaneció ingresada en distintas unidades del Xeral hasta el 10 de agosto. Afectada por una grave dolencia hepática, acudió a las urgencias del Xeral el jueves pasado, día 27, debido a una disminución del nivel de conciencia. En ese momento no se le detectó ningún tipo de problema respiratorio. Ante su estado, decidieron ingresarla. Le correspondía el servicio de Digestivo, que ya había mudado sus camas al Álvaro Cunqueiro, por lo que fue trasladada a este hospital pasada la media noche.

Su dolencia estaba en el abdominal y las pruebas se centraron en esta zona, por ello los médicos no detectaron el problema en los pulmones hasta el lunes 31 de agosto, día en el que constataron baja saturación de oxígeno en sangre y solicitaron una plaza de tórax. En ella observaron infiltrados alveolares -ocupación por sustancias diferentes al aire- compatibles con neumonía en ambos pulmones. Su estado empeoró y, el martes la trasladaron a la UCI, donde le efectuaron un aspirado traqueal para saber a qué se estaban enfrentando. Es el resultado de este estudio, que se conoció una vez fallecida la paciente, el que arrojó el resultado positivo en aspergillus. Los análisis registraron altas dosis de este hongo.

A falta de una segunda prueba en sangre, no se puede descartar la posibilidad de que la muestra estuviera contaminada. Esta prueba -de detección del antígeno galactomanano- también es necesaria para conocer si la mujer, además de portadora del hongo -lo contaminada-, había desarrollado la enfermedad -es decir, estaba infectada de aspergilosis- y pudo ser la causa de la muerte. Estas incógnitas pueden no llegar a resolverse ya que no está previsto realizarle la autopsia.

Pero el interrogante que más preocupación está causando es si la mujer pudo adquirir el hongo en su estancia en el Álvaro Cunqueiro.

Especialistas señalan que, de ser portadora del hongo, es muy complicado establecer con seguridad el momento en el que se contagió. Explican que solo es posible realizar un cálculo estadístico de posibilidades, ya que la velocidad a la que las esporas se reproducen en el cuerpo causando la infección depende del nivel del estado del paciente. Progresa más rápido cuanto peor es su estado. De hecho, el contacto de las personas con el aspergillus es habitual, pero solo afecta a los inmunocomprometidos.

Si el contagio se produjo en el Álvaro Cunqueiro, solo tuvo seis días para desarrollar las altas dosis detectadas. La imposibilidad para establecer de forma objetiva el momento del contagio abre un abanico de posibilidades, en el que no se puede descartar su propia casa o el Xeral.

Este hecho sucede en medio de la polémica por la suspensión del traslado al nuevo hospital de los servicios más críticos, a la espera de poder garantizar al 100% la calidad del aire en las áreas sin abrir. En respuesta a la "alarma" que esta situación está generando entre la sociedad, el Foro de jefes de servicio emitió ayer un comunicado para asegurar que "se opondrá a cualquier actuación que no garantice" los principios de calidad y seguridad, que fijan como "su objetivo prioritario.