Tras la masiva manifestación con la que los ciudadanos mostraron su repulsa a la gestión sanitaria en que se está desarrollando en el área viguesa, las miradas estaban puestas en la Xunta a la espera de una respuesta. Fue el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el primero en pronunciarse al tachar de "irresponsabilidad" la convocatoria de la marcha antes de que haya finalizado el traslado al nuevo hospital. Entiende que es un momento en el que "todos" deberían estar centrados en este proceso.

"Allá ellos y su responsabilidad", señaló Feijóo sobre "aquellos que aprovecharon la ocasión pata convocar esta manifestación durante el traslado" y, en particular", "los responsables políticos". La cita estaba fijada desde principios de verano y estaba previsto que coincidiera con el cierre de la hospitalización del Xeral, un día antes de la culminación de la mudanza. Las "alteraciones" detectadas en la calidad del aire de zonas aún cerradas del Álvaro Cunqueiro obligaron a paralizar el proceso hace una semana.

El presidente gallego se dirigió también a los que acudieron "de buena fe" y les aseguró que no se quedarán "insatisfechos por la actuación de los hospitales" y que "podrán comprobar ellos mismos" que en el Álvaro Cunqueiro "se está dando una excelente asistencia sanitaria público". Defendió que, al igual que los manifestantes, su gobierno defiende la sanidad pública, que consideran "un objetivo irrenunciable". Asimismo, resaltó su compromiso con "el prestigio de la sanidad pública" y con sus "profesionales". Se muestra convencido de que el sistema sanitario vigués acabará convirtiéndose en un "referente" para el resto de Galicia e, incluso, del Estado.

Minutos más tarde, en una visita a una cooperativa agraria, era su vicepresidente el que garantizó que el Álvaro Cunqueiro será "uno de los mejores hospitales públicos de España" y que los usuarios lo comprobarán a medida que accedan a él. Alfonso Rueda reconoció que la manifestación "fue muy numerosa" y admitió que la "inmensa mayoría" de los asistentes "acudieron de buena fe" en demanda de una sanidad pública de calidad. Pero también criticó a los grupos que han aprovechado esta preocupación de los ciudadanos para hacer "demagogia", llegando a calificar de "carroñeras" alguna de estas actuaciones.

La conselleira de Sanidade, a la que manifestantes, sindicatos y políticos dirigieron peticiones de dimisión, no se posicionó sobre la protesta. De hecho, Rocío Mosquera lleva dos días sin apariciones públicas, desde que el miércoles se conoció la noticia de la detección de aspergillus en una paciente fallecida en el Álvaro Cunqueiro. Precisamente ese día, la titular de Sanidade registró en una petición para comparecer en el Parlamento una vez que finalice el traslado al nuevo hospital, según desveló el portavoz parlamentario del PP, Pedro Puy. La mudanza se reanudará cuando todos los controles ambientales estén correctos. Se descarta ya la próxima semana. Al estar pendientes cinco días del proceso y este debe reanudarse en lunes, como pronto, Mosquera comparecería en la semana que comienza el lunes 21.

Por otro lado, el Sergas ha informado de que el servicio de inspección sanitaria ha abierto una "investigación reservada" ante "la discrepancia manifestada" entre un grupo de facultativos de la UCI y el Foro de Jefes de Servicio sobre dónde se infectó de aspergillus la paciente fallecida el miércoles en el Álvaro Cunqueiro. El colectivo de jefes de servicio descarta que la mujer, que padecía una grave dolencia hepática, se infectase por el hongo en el complejo. Diez de los dieciséis médicos del Servicio de Cuidados Intensivos discrepan. Defienden que "no solo no se puede excluir, sino que además es probable que el cuadro respiratorio haya sido adquirido en el hospital".

"Se están haciendo y se harán todas las comprobaciones que sean necesarias para garantizar máxima seguridad a los paciente sy al personal, así como solventar cualquier tipo de duda". Un portavoz del Sergas informó de la investigación después de que se conociera que dos inspectores y la directora de Procesos de Apoyo, Ana Saracho Portela, acudieran al laboratorio del Álvaro Cunqueiro para llevarse el hemocultivo que se estaba incubando con la sangre de la paciente.