Aquellas autonomías con problemas más graves de desequilibrio presupuestario son aquellas que arrastran recortes del gasto sanitario más fuertes. De casi el 21% en Castilla-La Mancha o el 14,7% en Comunidad Valenciana. "Es verdad que el simple análisis de las cifras de gasto no permite vislumbrar las posibles reformas o innovaciones organizativas que han llevado algunas comunidades con la vista puesta en la mejora de la eficiencia de los servicios sanitarios", admite el estudio, que también asume las dificultades de medir en el impacto "en términos de salud para la población". La simple descripción de hechos y cifras, sin embargo, "refleja con claridad que la mayor parte de la reducción ha provenido de decisiones adoptadas por el Gobierno central ante las urgencias de la consolidación fiscal". "Nos tememos que las medidas adoptadas pueden caracterizarse más como simples recortes que como verdaderos ajustes, y que, por tanto, una vez agotado su impacto más inmediato, se ponga de manifiesto su escasa efectividad para mejorar la eficiencia del sistema nacional de salud", señala.