Alarmarse ante cualquier síntoma y centrarse solo en él sin prestar atención al estado general del bebé; no tratar la fiebre hasta que se acude al médico o no tener en cuenta que el niño cambia de peso a la hora de ver la cantidad exacta de antitérmico. Estos son los principales errores que cometen los padres primerizos en relación con la salud de los pequeños, según explican pediatras gallegos. "La gente viene hoy en día mucho más informada que antes, pero esta sobreinformación, el buscar en internet provoca que a veces se alarmen de más", señala Manuel Sampedro, delegado en Galicia de la Sociedad Española de Pediatría de Atención Primaria (Sepeap), quien asegura que muchas veces falta "sentido común, seguir la lógica". "Muchos padres solo se centran en el síntoma que tiene el pequeño y no en su estado de salud en general. Si el niño tiene fiebre, por ejemplo, pero su estado es bueno y le baja con el antitérmico no será nada grave", sostiene.

Este pediatra recuerda que la fiebre, los vómitos o incluso los cólicos del lactante "no son enfermedades por sí mismas, sino síntomas". "La fiebre es un sistema de defensa y por tener más o menos fiebre, el niño no está más o menos enfermo", indica este doctor, quien resalta que hay que tratar de que baje la fiebre del niño antes de llegar a la consulta.

Una encuesta de la Sepeap revela que para el 47% de las madres primerizas su principal temor es que el niño enferme, por encima de pasar más tiempo con él (35%) o saber porqué llora (32%). Lo que más angustia a estas madres es la fiebre, los vómitos y la diarrea.

Sampedro recomienda usar las nuevas tecnologías para ayudar al pediatra en su diagnóstico -grabar si el niño ronca por la noche o fotografiar unas manchas- y derribar falsos mitos como que el recién nacido no se puede bañar o no hay que cortarle las uñas.

Tiene claro que la educación que reciba un niño durante su primera infancia influirá en cómo afronte la adolescencia y que se forme como persona de forma eficaz. Por ello advierte de la excesiva permisividad que ve en muchos padres actuales. "Las familias tienen que fijar límites y normas para que los niños se manejen de forma apropiada en la sociedad, pero muchas confunden la autoridad que debe tener un padre con castigo y represión y no es lo mismo", señala la vicepresidenta de la sección de Psicoloxía Educativa del Colegio Oficial de Psicoloxía de Galicia, Ana María Ulloa, quien cree que este exceso de permisividad tiene su origen en esta confusión y en que muchos padres "que se educaron en un modelo restrictivo tienden al otro extremo cuando lo ideal sería un equilibrio".

Educar con respeto, argumentando cada decisión y adaptando la explicación a la edad del niño es fundamental, según esta experta, quien reconoce que hay que cambiar la dinámica cuando el hijo llega a la adolescencia. "En esta fase es importante negociar ciertas normas con ellos como puede ser la hora de acostarse o ponerse o no un piercing", indica Ulloa, quien añade: "Es importante que a esta edad comiencen a ser partícipes de la decisiones, hay que tenerlos en cuenta y no perder nunca la comunicación aunque eso sí, recordando que no somos sus amigos sino sus padres y hay que orientarles sobre lo correcto".

Dos escuelas, una para padres y otra para abuelos, es la apuesta de Cruz Roja A Coruña para echar un cable a las familias que tienen dudas o problemas a la hora de educar a los pequeños del hogar. El taller para progenitores de la ciudad de A Coruña -al que una docena de familias acuden una vez a la semana durante dos horas y media- surgió en 2014 "a raíz de que en otros programas vimos cómo con la crisis se descuidaban ciertas pautas del día a día", señala la responsable del área de Menores, Clara Tello, quien añade: "En él hablamos desde los sentimientos de paternidad y maternidad hasta las distintas etapas evolutivas de los niños, pautas para fijar límites, sobre alimentación...".

La entidad también cuenta con una escuela para abuelos (en Carballo, Laxe, Coristanco y Malpica), destinada a quienes se encargan durante parte del día de su cuidado o viven con ellos. "No se trata de enseñarles nada, ellos ya han pasado esa etapa sino de refrescar temas y actuar como un sitio donde compartir experiencias", señala Ana Veira, quien reconoce que las principales dudas que plantea este colectivo "están relacionadas con el uso de nuevas tecnologías, cómo limitar el uso de videojuegos y también les inquieta el parecer de los padres, ver que cuando llegan a casa no tienen los mismos criterios que ellos, etc.", sostiene Veira que explica que en la actualidad hay 53 usuarios en la escuela.

"Tener un hijo es fácil, criarlo y educarlo mucho más difícil". El presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, José Manuel Suárez, se muestra así de tajante a la hora de analizar las dificultades que muchos padres se encuentran para educar a sus hijos. "Se empieza a ser padre o madre desde el momento en el que nace el niño, lo que supone que se le debe educar a la vez que se le alimenta. La educación es el alimento de la vida como la comida lo es del cuerpo", sostiene este pedagogo, quien entre todos los estilos de crianza que existen apuesta por "el modelo democrático", aquel en el que el pequeño participa en todas las decisiones de la familia "en función de sus capacidades".

Suárez tiene claro que cuando un niño no obedece o se niega a comer, por ejemplo, detrás se esconde una mala fórmula de inculcarle los límites y las normas de comportamiento adecuadas. Ya en la adolescencia, cuando los chicos quieren más autonomía, este pedagogo apuesta por mantener la línea de contar siempre con la opinión de los hijos. "Si se va facultando al hijo para que se vaya haciendo responsable de sus actos en función de lo que puede y debe hacer y que este se responsabilice y se frustre con sus experiencias negativas y aprenda de ellas, estará en el buen camino", señala este experto, quien recomienda a los padres dejar que sus hijos se equivoquen porque "muchas veces de los errores se aprende más que de los consejos".