Todos los adultos galeses serán considerados donantes de órganos a no ser que hayan especificado lo contrario antes de morir, en virtud de una ley que entró ayer en vigor en esa región británica. Las autoridades galesas argumentan que el nuevo sistema, al que se han opuesto algunas organizaciones religiosas, salvará cientos de vidas cada año.

El director de la Organización Nacional de Trasplantes, Rafael Matesanz, explicó ayer -con motivo de este anuncio- que la ley española contempla que se podrá extraer los órganos de los fallecidos para su donación a no ser que hayan especificado lo contrario aunque "de forma estricta ni se ha aplicado, ni se aplicará".