Asegura que muchos de los llamados "productos milagro" -entre los que incluye desde yogures que prometen bajar el colesterol o aumentar las defensas hasta suplementos o píldoras para mejorar la memoria o el ánimo- no cumplen realmente con lo prometido, pero las empresas buscan estrategias para comercializarlos "sin vulnerar la ley". Para el profesor de Bioquímica de la Universidad de Murcia José Manuel López Nicolás -que ayer impartió la charla Productos milagro: el arte de engañar al consumidor en la Domus de A Coruña- la clave estaría en "endurecer" la actual legislación.

-¿Todos los alimentos que prometen alguna mejoría en la salud son un engaño?

-No todos engañan y es cierto que son productos legales, cumplen con la legislación, pero pueden confundir a los consumidores.

-¿Cómo los confunden?

-Un ejemplo son los famosos productos que prometen activar las defensas porque incluyen lactobacillus. La autoridad europea de seguridad alimentaria ha difundido un informe en el que indica que no está demostrado científicamente que los productos con lactobacillus mejoren las defensas así que nadie podría publicitar un producto con este eslogan. Sin embargo, sí está demostrado que ayuda cierta cantidad de vitamina B6. ¿Qué hacen las empresas? Incluyen esta vitamina y mantienen su publicidad. Lo que nadie dice es que en un plátano hay tres veces más vitamina B6 que en estos productos.

-¿En qué otros productos se repite este engaño

-Por ejemplo, siempre se publicita el fósforo como el ingrediente estrella de los suplementos para que los estudiantes mejoren la concentración y la memoria. Pues en una sardina hay más fósforo que en tres cajas de suplementos. Y lo mismo ocurre con los productos para bajar la tensión, incluyen potasio, algo que hay en el aguacate.

-¿Cómo vulneran la ley las empresas?

-Incluyendo algún componente que realmente sí tiene el efecto que anuncian aunque realmente lo hay en mayores cantidades en otros alimentos que son más baratos. Esto nos lleva al nutricionismo, es decir, basarse en las propiedades de los ingredientes individuales de un producto y no en conjunto del mismo. Por ejemplo, tal y como está ley permite que una hamburguesa que ya es poco saludable, hecha en el peor aceite, pueda anunciarse como buena para activar las defensas si se le incluye vitamina B6.

-¿La solución pasa por cambiar la legislación?

-Es una lucha complicada porque aunque tenemos tendencia a criticar a las empresas, también es culpa de las administración y las leyes que lo permiten e incluso de los consumidores que deberían actuar con más sentido común o reclamar. Pero sí, creo que en este caso la solución pasa por una legislación más contundente porque mientras no lo sea, la trampa siempre irá por delante. Que haya sanciones para las empresas y sanciones que no les compensen. Eso acompañado de educación a los consumidores.

-¿Qué hacer para no caer en estas trampas a la hora de hacer la compra?

-En la web de la autoridad europea de seguridad alimentaria se puede buscar cualquier ingrediente estrella de un producto y ver si está avalada científicamente su eficacia. Y si no lo está tenemos que reclamar ante las oficinas del consumidor o en los establecimientos. El público no tienen por qué saber de química o nutrición, pero si vemos un engaño hay que reclamar porque los responsables sólo se van a movilizar si la sociedad lo demanda.