Un sector con muchísimo potencial a la espera de ser considerado como tal. Este es el sentimiento común que muestran los profesionales gallegos que se dedican al mundo del videojuego en la comunidad. "La Administración nos ignora por completo, por lo que si queremos seguir existiendo tenemos que centrarnos en nuestro trabajo y en generar rentabilidad. El sector sigue un poco desorganizado", comenta Xosé Manuel Rey, CEO de la empresa compostelana Iberian Games.

Pese a que la industria del videojuego es relativamente joven en Galicia -empezó a despegar hace siete años-, la comunidad gallega es ya la sexta autonomía con más empresas productoras de aventuras gráficas, solo por detrás de Madrid, Cataluña, Valencia, Andalucía y País Vasco. Con unas buenas cifras de ventas, la falta de reconocimiento y, sobre todo, de atención es el principal caballo de batalla con el que tienen que lidiar estos profesionales en su día a día. "Lo que nos falta son herramientas proporcionadas por las instituciones para acabar de arrancar. Sin esos apoyos, acabaremos siendo como en el resto de España, empresas de servicio para grandes multinacionales, y lo que queremos, realmente, es que ese valor añadido revierta en Galicia", añade Julio Casal, CEO de Ficción Games.

La visualización es el otro gran problema al que se enfrentan los productores gallegos de videojuegos, ya que posicionarse en el mercado sin ayudas de ningún tipo es una tarea difícil. "Esta misma semana nos llegó un correo de un joven de O Porriño que vio nuestro juego en la tienda digital Steam y que ni siquiera sabía que existíamos; si no llegamos a O Porriño, mal vamos", destaca Sergio Prieto, uno de los fundadores del estudio coruñés Gato Salvaje, la única empresa gallega dedicada a los videojuegos para PC y consola. Prieto asegura, sin embargo, que 2015 "fue un buen año", en el que han percibido "una mayor voluntad de ayudar", en un par de conversaciones mantenidas con el Ayuntamiento de A Coruña.

Falta de formación

En Galicia solo existen dos escuelas de formación media relacionadas con los videojuegos, una en A Coruña y otra en Vigo, a diferencia de lo que sucede en otras ciudades como Madrid, Barcelona, Málaga o Navarra, donde sí hay estudios superiores en esta materia. "Lo que reclamamos es una formación específica y una reformulación de la educación, que los alumnos adquieran conocimientos de derecho, de física, de informática?", señala Julio Casal. "Es la pescadilla que se muerde la cola. No hay profesores porque no hay empresa. O damos clase nosotros mismos o no hay ningún profesional que pueda hacerlo. Queremos ayudar, porque aquí hay muchísimo talento", subraya Sergio Prieto, quien estaría encantado de tener "tres o cuatro empresas más" como la suya en Galicia para "luchar" unidos.

Los profesionales del sector en Galicia insisten en destacar que el videojuego no es solo una forma de ocio meramente lúdica, sino que cada vez está más presente en el día a día. "Nos ofrecieron hacer ya varias aplicaciones sanitarias, destinadas a detectar problemas esquizofrénicos, donde, a través de un juego, se puede aplicar mejor un tratamiento. Con el videojuego como canal era más fácil que el paciente fuese receptivo", explica el cofundador de Gato Salvaje, quien remarca, que existen infinidad de aplicaciones con realidad virtual y simuladores.

El campo educativo es otro de los puntos fuertes en los que las aventuras gráficas ofrecen un sinfín de posibilidades y más desde la llegada de los nativos digitales. "El cambio de actitud de los chavales con una pantalla es brutal. Solo el hecho de centrar la atención es una evolución instantánea. Pero, a día de hoy, no espero nada de la Administración y es triste, porque podríamos aprovecharlo", lamenta Xosé Manuel Rey. "Los chavales se lo pasan pipa, pero muchos no tienen ordenadores propios en los centros, es un despropósito. Estamos en una lucha entre cultura y sordos, por lo que resulta difícil comunicarse", comenta Julio Casal, que ultima un proyecto para Educación Infantil y Primaria.

Los creadores de videojuegos gallegos no reclaman hablar de subvenciones, ya que, de momento, ven remota esa posibilidad, sino simplemente se reconozca a un sector cada vez más potente. "Solo queremos difusión y promoción para poder llegar al público, no que nos tengan que pagar el desarrollo o el estudio, cosa que si que ocurre, por ejemplo, en el País Vasco. El nuestro es un sistema de fácil distribución y exportación, porque se descarga desde redes y las plataformas son globales, por eso sorprende que no se quiera apostar por este modelo de industria, de crecimiento, de generación de valor añadido y, al fin y al cabo, de divisas", subraya Xosé Manuel Rey.

"Galicia fue pionera en animación, de ahí que no entendamos por qué no hay un apoyo a nuestro sector, si tampoco hablamos de tanta cantidad. La industria cultural gallega tiene, en general, mucho potencial, pero necesita un empujón. Sobre todo con la necesidad de empleo que hay ahora tanto de ingenieros, como de comunicadores", apunta Julio Casal.

Sergio Prieto añade: "Los videojuegos facturan más que el cine y la música juntos. Películas españolas que dan beneficios, ahora mismo, hay dos, y no por eso alguien pone en duda que las vayan a seguir financiando. Con los videojuegos, sin embargo, no pasa lo mismo", lamenta el cofundador de Gato Salvaje.