Lograr el embarazo pese a que los dos miembros de la pareja tengan problemas de fertilidad, cuando se trata de una mujer en solitario que no puede recurrir a sus propios óvulos o aunque los tratamientos de reproducción asistida no hayan dado resultado ya es posible. La solución pasa por la adopción de embriones. Desde el año 2006, la ley de reproducción asistida permite que parejas que se hayan sometido a un tratamiento de fecundación donen los embriones que no hayan utilizado a otra pareja para cumplir su sueño de ser padres. Pese a que desde la Sociedad Española de Fertilidad aseguran que en los últimos años ha aumentado la demanda de esta técnica, expertos gallegos difieren. "El aumento en la edad de la maternidad y el auge de los nuevos modelos de familia favorece el incremento de esta opción reproductiva", señalan desde la clínica Zygos de Santiago. "Es todavía algo minoritario. En nuestro centro tenemos a más parejas a la espera de un embrión que a donantes", sostiene el doctor Roque Devesa, del Hospital Quirón de A Coruña.

Cuando una pareja se somete a un tratamiento de reproducción asistida, los embriones que no han utilizado se congelan para poder recurrir a ellos en un futuro. "La ley establece que cada dos años tenemos que consultar con la pareja qué quieren hacer con ellos: mantenerlos congelados, donarlos para la investigación, destruirlos o bien cederlos a otra pareja", explica Devesa, que resalta que para donarlos a otros padres hay que cumplir una serie de requisitos: "Al igual que ocurre con la donación de ovocitos o de semen, para poder donar embriones, en el momento de la fecundación la mujer no puede ser mayor de 35 años y el hombre de 50".

La generosidad de estas parejas se convierte muchas veces en el último cartucho al que se aferran los receptores para cumplir su sueño de ser padres. Clínicas gallegas que ofrecen esta técnica reconocen que el perfil de quienes adoptan embriones se centra en parejas que no logran el embarazo con la reproducción asistida, que precisan tanto donación de ovocitos y semen así como mujeres solas que no pueden recurrir a sus óvulos -por superar los 40 años ya, por ejemplo- o que han tenido una menopausia precoz.

La donación -que será gratuita y anónima- debe certificarse con un documento por escrito y pese a que los receptores no tendrán información de la pareja donante, los expertos reconocen que "se busca que características físicas como color de ojos o pelo coincidan entre donantes y adoptantes".

Una de las principales ventajas de esta técnica es que es más sencilla que la fecundación in vitro o la inseminación artificial y más económica. En algunos casos, las mujeres no necesitarán tomar medicación ya que simplemente basta con controlar el periodo de ovulación para calcular cuando debe hacerse la transferencia al útero y en otros se tomarán estrógenos por vía oral y se vigilará el grosor del endometrio para que cuando llegue al nivel adecuado se realice la transferencia. La tasa de embarazo al tratarse de embriones "de calidad" también es elevada. "En el Hospital Quirón la tasa es de entre el 45 y el 47%", explica el doctor Devesa.

Pese al incremento en los últimos años de este tipo de adopciones, en Galicia todavía son algo minoritario. "De las opciones que tienen las parejas para hacer con sus embriones, es la que menos eligen. Normalmente optan por mantenerlos congelados y si no destruirlos", explica Devesa. Sin embargo, en la clínica Zygos sí notan un mayor interés en la adopción. "Hay una mayor apertura en la mente de la gente, ya no existe tanto aquello de tienen que llevar mi sangre", explica María Graña, quien recuerda que "pese a no llevar el material genético que los padres, durante el embarazo, la madre transfiere sustancias al feto". "Hay un vínculo con la madre y además el embarazo es totalmente normal y esa mujer podrá darle de mamar después como si fuese un hijo propio", añade esta doctora.

Adoptar embriones es algo aún "desconocido" pero que permite cumplir el sueño de ser padres a muchas parejas.