"El [dueño] del California dijo: este año nos toca; y me extrañó porque Eugenio nunca dice que va a tocar, es así muy serio él, y este año lo dijo y mira por donde, acertó", celebraba ayer Dolores Aspérez, una de los cientos de vecinos y turistas agraciados con el último quinto del sorteo de la Lotería, correspondiente al 89023.

"Aquí ha comprado gente de muchísimas ciudades", explica la dueña de la cafetería que repartió más de 800 décimos y a la que no pararon de llamar clientes de distintos puntos de España para interesarse por el premio.

El lotero Cholo Moldes vendió los 960 décimos repartidos en Galicia, con los que ha hecho llegar a vecinos y turistas alrededor de 6 millones; de ellos 5 se distribuyeron desde la cafetería California, ubicada en las inmediaciones del paseo de Silgar, a solo unos metros de la vivienda del presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.

De hecho, se especuló durante toda la mañana de ayer con que el titular del Ejecutivo hubiese resultado agraciado (ya el pasado año recibió un pequeño premio de la lotería de la peña taurina pontevedresa a la que pertenece) pero finalmente los responsables de la cafetería confirmaron que no compró décimos, aunque si muy posiblemente dos de los agentes que se encargan de su seguridad.

Clientes de diferentes edades, desde personas que se jubilaron hace años a dos jóvenes hermanas, socias de una peluquería, acudieron por la tarde a festejar la buena noticia. "Si toca ahí y no me toca a mí me da algo", explicaba Dolores Aspérez, que vive frente a la cafetería en la que se repartió el grueso del premio, en donde todos los años compra el número ganador.

"Todos los años cojo dos números, el de aquí y el de Cambados", señala esta vecina del Sanxenxo a la que ya con anterioridad le había tocado "algún piquiño, pero muy poco". En esta ocasión recibirá alrededor de 4.000 euros, una vez descontados impuestos, que se irán en "pagar algunas deudas", un premio que desconocía al finalizar el sorteo, ("lo vi con mis nietos, pero no me enteré", indica) y del que finalmente tuvo conocimiento "porque me llamó una prima€ No lo sabíamos, nos pusimos a comer tranquilamente y ahora me dieron un postre maravilloso".

Coincide con otros galardonados y con los responsables de la cafetería en que el premio ha sido muy repartido. "Aquí compra mucha gente, vienen todos los años clientes, todo el mundo compra los dos números, el de Cambados y el de Sanxenxo". De hecho, los responsables de la cafetería, Clotilde Ferreira y Eugenio Castro (que ayer estuvieron acompañaron en la fiesta por dos de sus cuatro hijos, Sara y Jorge) confirmaron que recibieron llamadas de distintas localidades españolas para interesarse por el premio.

Esther Ferreira, hermana de la propietaria de la cafetería, y su hija Mabel, también adquirieron un décimo. "Estamos muy contentas", reconocen a propósito de un premio que gastarán en "comida, bebida, en celebrar la Navidad y los estudios" de la joven, precisan.