En Roquetas de Mar llovieron ayer, sin parar, los millones. En concreto, 640, correspondientes al Gordo de la Lotería de Navidad. La administración número dos de la localidad almeriense repartió íntegramente el premio. Tras cantar las niñas Lorena Stefan y Nicol Valenzuela el número agraciado, el 79140, el despacho de la avenida de Roquetas estalló de alegría. Pasadas las doce de la mañana, aquello fue un auténtico hervidero de gente. La fortuna cayó por primera vez en este municipio, aunque también viajó a dos pueblos de Málaga y a otras zonas de la provincia. "El premio está muy repartido; vendimos también a clientes de Canarias, Valencia, Barcelona y Madrid", explicó el lotero José Martín, entre el jolgorio.

El encargado de la administración de lotería se enteró de que el Gordo había caído en Almería durante una gestión en el banco, donde creyó que le estaban gastando una broma. "Fui allí porque me había quedado sin cambio. Cuando me dijeron que el premio había caído en mi despacho, no me lo creía. ´¿Os estáis riendo de mí? Porque con estas cosas no se juega´, les dije yo. Pero me dijeron el número y efectivamente era el mío", contaba ayer Martín, que había salido corriendo hasta su administración. Allí encontró una marea de agraciados, vecinos y curiosos que brindaban por el Gordo.

La oficina vendió 113 series del 79140. La mayoría de los décimos fue a parar a un instituto de Laujar de Andarax, otra localidad almeriense a unos 65 kilómetros de distancia, gracias al profesor de Geografía y jefe de estudios, David Ortiz. El resto de boletos se vendieron en ventanilla. Entre ellos, a un grupo de 44 jubilados de las localidades malagueñas de Villanueva de la Concepción y Colmenar, que estuvieron de excursión en Roquetas de Mar y aprovecharon la ocasión para comprar unos doscientos décimos del Gordo. En total, los mayores se metieron en el bolsillo 80 millones de euros. "Es algo muy fuerte, el pueblo lo necesita", comentaba ayer el alcalde de Villanueva, Gonzalo Sánchez.

En Almería, fueron agraciadas también dos familias en riesgo de exclusión social, como destacó el regidor del municipio de Bayárcal, Jacinto Navarro. La fortuna llamó a la puerta, gracias a que sus hijos estudiaban en el instituto de Laujar. "Es asombrosa la suerte, como reparte. Me han llamado emocionados, diciendo que Bayárcal es lo mejor que les ha pasado en la vida", dijo Navarro. Las familias llegaron a la localidad atraídos por la oferta de viviendas y terrenos de cultivo gratis en agosto de 2014.

Las lágrimas de un abuelo de más de setenta años también llenaron de emoción la administración de Roquetas de Mar. El hombre tuvo guardado varios días un décimo porque no podía pagarlo. Entre los agraciados está además un senegalés, de 31 años, cuya historia dejó ayer boquiabierta a toda España. En 2007 llegó a Almería en patera junto a su mujer: "Me salvaron la vida, iba a morir en el mar". En los últimos años, fue contratado en los invernaderos de la zona. Hasta hace escasos meses estaba trabajando en el pueblo de La Mojonera. El joven, al que ayer la emoción le impedía articular palabra, compró el décimo de lotería animado por un amigo, que además es compañero de trabajo. El inmigrante tiene claro en qué va a emplear el Gordo: "Estoy muy mal económicamente, no tengo ni cinco euros en el bolsillo, y ahora sueño con poder ayudar a mi familia, que lo está pasando muy mal".

Los estudiantes del instituto Emilio Manzano de Laujar de Andarax (Almería) fueron los protagonistas de la jornada festiva que se decretó ayer en la localidad tras conocerse que 800 décimos del número agraciado con el Gordo, el 79140, habían sido llevados al pueblo por los pequeños.

Lágrimas, gritos, bailes, carcajadas y abrazos entre los vecinos, fue la imagen que más repetida desde que salió el Gordo y se supo que los pequeños emisarios habían repartido unos 320 millones de euros entre "la práctica totalidad del pueblo", enclavado en la Alpujarra almeriense, y otros cercanos.

"Le ha tocado a casi todo el mundo", relataba ayer emocionada la alcaldesa del municipio, Almudena Morales. Tiene 27 años y es la regidora municipal de una localidad con "unos 1.600 habitantes censados, aunque en invierno viven mil y poco". Ella, como sus vecinos, resultó agraciada con "un piquillo de un décimo, compartido en el grupo de teatro".

"Les ha tocado a todos, si no de forma directa, a través de un primo, un hermano... Es muchísimo dinero, una inyección, un empujón", agregaba ayer emocionada en un día "con más gente en la calle que en las fiestas de septiembre".

Los pequeños vendieron los décimos, adquiridos en Roquetas de Mar (Almería), con la intención de recaudar fondos para un viaje de estudios a Italia. Poco después de trascender la noticia de la fortuna de la villa, varios foráneos "encorbatados", representantes de bancos en busca de nuevos clientes, paseaban por las calles del municipio.

Los jóvenes heraldos de la diosa Fortuna son estudiantes del tercer y cuarto curso de la ESO, de entre catorce y quince años, que viajarán a Italia en primavera, aunque la alcaldesa espera que "ahora se vayan a Miami" y la "lleven con ellos".

Al preguntarle a cualquiera de los centenares de vecinos que festejaban ayer en las calles, automáticamente señalaban a algún hijo, sobrino, vecino.... que había llevado la suerte a gente que "estaba cobrando prestaciones y con hijos estudiando, gente que llevaba toda la vida luchando".

La fortuna sonrió a un pueblo "eminentemente agrícola, con mucho paro", conocido en Almería por sus productos vitivinícolas en el que ayer, se había declarado "fiesta", según decía la alcaldesa entre risas. Isabel Martín, otra agraciada, explicaba ayer que la noticia de que tenía un boleto premiado que le había vendido su sobrina, por el fontanero que, por la mañana estaba trabajando en su casa.

Otros 400.000 euros de un décimo fueron a parar a las manos de Dolores Rodríguez, dueña la cafetería del instituto, que se encontraba trabajando en el centro porque "había clases" ya que se "entregaban las notas". Recordaba ayer que alguien había dicho que el Gordo había acabado en 40 y que algo les habría "caído". "Madre mía, cuando nos hemos dado cuenta de que teníamos el Gordo, se ha armado la de San Quintín", afirmaba ayer entre risas.

Afortunado fue también el exalcalde de la localidad, Emilio Romero, quien en los primeros instantes creía tener "una quinta parte" de un décimo premiado, si bien luego recordó que le había comprado otro décimo a un pequeño vecino. Romero se alegraba ayer de que el dinero hubiese quedado "muy repartido en toda la comarca, en pueblos como Bayárcal, Paterna del Río, Alcolea, o Fondón".